El tema de las galeras en el Mediterráneo es de gran interés, ya que aunque no se ha escrito demasiado sobre ellas, fueron las protagonistas indiscutibles durante siglos.

Detalle de un portulano en el que aparece una parte del Virreinato del Perú
Si llegaron, o no, a América se ha convertido en un tema controvertido, porque hay autores que dicen que las que había en el continente americano se habían hecho en España, mientras que otros defienden que se construyeron allá. Dentro de esta polémica hallamos a quiénes afirman que sólo se adentraron en las costas del Caribe, mientras otros mantienen que también llegaron al Pacífico.

Mapa de América de Diego Gutiérrez (1562)
Una de las líneas de investigación de la Cátedra Naval se centra en estas naves, por lo que tras años de estudio hemos podido confirmar que sí que hubo galeras en el Pacífico, en el Perú. Aquí vamos a tratar de las cinco de las que tenemos noticia que se construyeron en dicho Virreinato, y a compararlas con las mediterráneas, para ver si hubo adaptaciones al cambiar de un mar a otro.

Dibujo de R. Monleón de una de las galeras de Lepanto. Imagen mejorada. Fuente: BDH
Los primeros intentos
Los primeros planteamientos para incorporar las galeras como un elemento de la estrategia naval en Indias los podemos encontrar ya a mitad del siglo XVI, cuando los ataques a las costas y los saqueos se hicieron relativamente frecuentes en la zona del mar Caribe. Tenemos noticia documentada de que en febrero de 1578 dos galeras acompañaban a la flota a América, para ser destinadas a Cartagena de Indias.

Galeras en un combate en el Mediterráneo. Fuente: BDH
Por otra parte, la aparición del pirata Drake en las aguas del Pacífico aumentó el interés por estas naves, y unos meses después, en diciembre de 1578, Felipe II autorizó la construcción de dos galeras en el Perú, que fueron el origen de la conocida Armada del Mar del Sur.

Dibujo de la flota holandesa previo al ataque a la isla de Puna, en Guayaquil (1630)
La galera Santísima Trinidad
El 23 de mayo de 1580 entró en el Callao la primera de las galeras construidas en Guayaquil, cuyo nombre era Santísima Trinidad.

Uno de los pocos dibujos en los que aparece una galera en el continente americano durante el s. XVI. Ésta es de Villalobos. Fuente: Universidad de Salamanca
La gente de cabo de esta nave estaba compuesta por un capitán, 30 soldados, 12 marineros y 4 proeles (los que bogaban en el esquife y hacían labores menores). También había un cabo de escuadra (caporal) encargado de las armas y municiones, de organizar las guardias y designar a los soldados, que iba acompañado de un alguacil cuando bajaban a tierra.

Galera genovesa en un dibujo de 1572. Fuente: Gallica
La maestranza la componían tres tripulantes, un encargado de los remos (remolar), un maestre daxa y un calafate. Otros miembros son un cómitre y un sotacómitre, un lombardero, un barbero y dos consejeres (marineros prácticos).

El Nuevo y desconocido mundo, de Montanus (S. XVIII). Biblioteca del Congreso de Washington
La gente destinada el remo eran 73 forzados y 17 esclavos. No tenemos más noticia de esta nave, si llegó a salir de puerto o no.
Las galeras Santiago el Mayor y Santiago el Menor
Cinco años después sabemos que en El Callao hay dos galeras de reciente construcción, sus nombres son Santiago el Mayor y Santiago el Menor. Un análisis detallado nos permite averiguar que la mayor, la capitana, era de 17 bancos, lo que la convierte en una galeota. De cualquier forma, pensando que se le querría dar apariencia de galera, se le añadieron la arrumbada, el esquife y el fogón propios de estas naves. Según los datos debía contar con 68 hombres entre la gente de cabo y con 94 remeros.

A la derecha de la ilustración se puede apreciar una galera del s. XVI dibujada por Villalobos. Fuente: Universidad de Salamanca
La patrona Santiago el Menor era de 13 bancos por banda, lo que la asemeja a un bergantín. Debía contar con 34 hombres entre la gente de mar y de tierra y con 52 remeros.
La realidad era que estas naves no contaban ni siquiera con la mitad del personal necesario para salir a la mar.

Una galera dibujada por Ortelius cerca de las costas del Virreinato del Perú. Fuente: BDH
Dos nuevas galeras
Transcurridos unos años (1587 aprox.) y debido a que las anteriores ya no estaban en condiciones, se decidió construir otras dos nuevas galeras. Esta vez se harían en El Callao y su objetivo principal era la defensa de este importante puerto, aunque también podrían ir a Panamá y escoltar a los galeones españoles cargados de metales preciosos.
La mayor de las naves, la capitana, era de 26 bancos bogando 24. Fue la primera galera que se puede denominar como tal que se construyó en América y también es la más parecida a las mediterráneas.
La otra, la patrona, que se llamó Santa María, era de 22 bancos, por lo que se semejaba más a una galeota.
Como las anteriores, siempre tuvieron el problema de no contar con suficiente personal ni de cabo, ni de remo para la navegación. En 1592, pasado el peligro inminente, la chusma destinada a estas embarcaciones se envió a las Galeras del Caribe, a Cartagena de Indias.

Cartagena de Indias. Fuente: Gallica
Síntesis final
La aparición del pirata Drake fue un importante impulso para el uso de galeras en la defensa de las costas del Perú. Entre 1579 y 1600 nos consta que se construyeron cinco, aunque de todas ellas sólo una, la capitana (de la que desconocemos el nombre), se podría identificar como una auténtica galera ordinaria, de las que se hacían en el Mediterráneo. Las otras cuatro son propuestas constructivas originales del Virreinato. Sus peculiaridades responden a la reducción de sus dimensiones y del número de bancos.
Aunque el astillero mas importante era Guayaquil, las dos mayores se construyeron en El Callao.

El mar del Sur en un mapa de Janssonius (S. XVII). Fuente: Gallica
A pesar de que estas galeras autóctonas eran mas pequeñas, suponían mucho mayor costo para la metrópoli, tal y como se desprende de los documentos consultados. La lejanía de la corte y el desconocimiento sobre la construcción y organización de estas naves, hicieron que estuvieran expuestas con mayor facilidad a los fraudes, constituyéndose éstos en un mal endémico.
Igualmente se constata la dificultad para completar las dotaciones, tanto de gente de cabo como de remeros. Diversos intentos de proporcionar gente de remo, como por ejemplo comprando esclavos negros o utilizando buenas boyas, no consiguieron acabar con este problema.
A pesar de todo, entrado ya el siglo XVII se construyeron algunas galeotas en este virreinato, pero la época de estas embarcaciones estaba ya llegando a su fin.
Más información
FONDEVILA SILVA, P. y SÁNCHEZ BAENA, J.J. Las galeras de la monarquía hispánica: elemento fundamental del poder naval durante el siglo XVI. En: ALVAR ESQUERRA, M. y RUIZ RODRIGUEZ, J.I. Túnez, 1535. Madrid: CSIC, 2010, p. 89-119.
SÁNCHEZ BAENA, J.J. Construcción y operatividad de las galeras del Perú durante la segunda mitad del siglo XVI. Anuario de Estudios Americanos. 2016, vol. 73, n. 2, p. 623-656.
Nota: existen muy pocas imágenes de época en las que aparecen galeras en el continente americano. Por ello, a las que teníamos disponibles, hemos añadido ilustraciones de galeras de esta época, aunque fueran mediterráneas, para que se puedan apreciar mejor las características de estas embarcaciones.
No sabía de la construcción de galeras en América, realmente eran poco idóneas en aquellas aguas y climatología. Gracias por el trabajo de documentación.
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Gracias a usted. Un saludo.
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La tercera imagen, ¿no se corresponde más bien a una galeaza?
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Buenos días. La imagen a la que hace referencia es una libre interpretación del artista de una galera, pero no es una galeaza. El dibujo de la parte superior derecha puede acercarse más, en cuanto al aparejo vélico, a una galeaza. Son imágenes muy bonitas, pero no siempre exactas. Muchas gracias. Un saludo.
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