Hay un petroglifo, un diseño simbólico grabado en una roca, que representa un barco con similitudes con las naves mediterráneas, que, según los expertos, es una de las evidencias mas antiguas de los contactos establecidos por los antiguos pobladores de Galicia con los del Mediterráneo.
Está situado en un precioso pueblo costero gallego, en la parroquia de Pedornes (Oia), en Pontevedra. Se denomina el petroglifo de Auga dos Cebros, y aparte del barco aparece una familia de ciervos, que lo convierte en único en Europa.
Es uno de las pocas representaciones pétreas de la fachada atlántica que contiene el contorno de una nave, y que además, por las características del dibujo, evidencie las relaciones comerciales de los primeros pobladores del entorno del Océano Atlántico hispano con los del Mar Mediterráneo.
La protección del petroglifo
Con mas de 3000 años de antigüedad, su estado de conservación es precario. Su protección se ha convertido en uno de los objetivos del proyecto Costa dos Castros, una iniciativa de las comunidades de montes costeras del municipio -Mougás, Viladesuso, Pedornes y Santa María de Oia- trata de poner en valor su patrimonio histórico y convertirlo en elemento de dinamización turística y económica.
Se ha lanzado una campaña de micromecenazgo a través de internet, que ofrece un apartado especial para colaborar con la intervención en el exclusivo grabado rupestre naval. La cuestación está abierta a través de la plataforma de Internet Digventures y los colaboradores pueden ayudar no solo a la limpieza del extraordinario petroglifo, sino también a las prospecciones previstas en todo el municipio. El coordinador del proyecto, José Gago, manifiesta que la pieza está muy castigada por los incendios de 2006 y por las riadas de 2007.
No solo se busca la colaboración económica a través de la red, sino también la implicación de los vecinos del entorno, que estuvieron invitados el día 26 de septiembre pasado a una jornada festiva de puertas abiertas. Existe una leyenda alrededor de las piedras del promontorio, según la cual el Rey Sol se sentaría allí todas las tardes para contemplar el ocaso. Los vecinos repitieron el ritual, además de dar la bienvenida al otoño en el monte. Vea las fotografías del evento.
Para obtener más información, enviar un correo a costadoscastros@gmail.com o dirigirse al perfil de Facebook de Costa dos Castros.
Apreciaciones desde la Cátedra de Historia Naval
Esta magnífica fuente pétrea se adentra en la temática marítima y por eso apoyamos la iniciativa. Tras un estudio previo de las representaciones que tan amablemente nos hicieron llegar, desde la Cátedra de Historia Naval queremos colaborar apuntando algunas reflexiones e hipótesis que enriquezcan la interpretación de las relaciones entre el Mare Nostrum y la costa atlántica gallega, las míticas casiterides.
Con la brevedad que exige este trabajo para publicarlo en este espacio digital, y de una forma sintética, vamos a tratar de trasladar algunos enfoques nuevos sobre este interesante petroglifo, de la mano de Pedro Fondevila.
1º. En nuestra opinión la zona que rodea al petroglifo de Auga dos Cebros era un santuario relacionado con el solsticio de invierno. Como es sabido, en la cultura céltica los árboles eran considerados como sagrados y, según su especie, relacionados con algún aspecto religioso. Así, el acebo estaba vinculado al solsticio de invierno (de ahí puede venir el nombre de esta fuente), el roble con el solsticio de verano y el tejo, recordemos a S. Andrés de Teixido, con el paso de las almas al otro mundo.
2º. La presencia de imágenes de cérvidos en la gran losa hay que relacionarla con el carácter de santuario del lugar y con la petición a los dioses para que propiciasen su caza. Los autores de las incisiones serían los aborígenes. En cambio, el barco fue realizado, como la mayoría de los que se encuentran en la cuenca mediterránea, por un hombre de la dotación de la embarcación.
3º. Esos santuarios debían de ser visitados por muchas personas en determinadas fechas, como lo prueba el que en el siglo XII se funden monasterios en esos sitios para cristianizar a la población. Estas “peregrinaciones”, en épocas concretas, servirían también de ferias y de lugar de operaciones de intercambios por trueque.
4º. El barco debió permanecer allí, en la ensenada, durante un tiempo apreciable, porque permitió a un marinero subir a un monte distante de la costa 1 km. y realizar las incisiones. Esto nos lleva a deducir que la embarcación estaría haciendo un viaje de comercio, probablemente en las fechas del solsticio de verano, y no de descubrimiento o exploración, pues la citada rada no es segura en caso de mal tiempo. En consecuencia se trataría de una embarcación grande, que llevaría productos manufacturados para intercambiarlos con los de la tierra, de los cuales el más buscado era el estaño, material estratégico en la Edad del Bronce, que ya se explotaba en Galicia.
5º Sentada la premisa anterior, creemos que la embarcación es, indudablemente, de origen mediterráneo, y la datamos entre 1500/1000 años a.C., con toda cautela, pues falta una parte importante de la imagen del barco. Una embarcación grande de carga en aquella época, tenía que llevar un tortor para evitar el quebranto de la quilla en la mar abierta. Adjuntamos un boceto de cómo sería, en nuestra opinión, la estructura de la nave. Del petroglifo hemos interpretado una solución, hasta ahora desconocida de cómo se podría haber empleado el tortor, tanto para soportar los pesos de la proa y de la popa, cuando la embarcación está en la cresta de una ola, como, y esto es lo que hasta ahora era desconocido, para asegurar mejor el árbol y emplearlo para contrarrestar el empuje producido en el centro de la quilla, según el principio de Arquímedes.
En conclusión: Un petroglifo interesantísimo, que hay que conservar y estudiar más a fondo, pues el santuario podría haber contado con un observatorio primitivo pero capaz de determinar, con toda precisión, el día en que se producían los solsticios.
Mas información
GUERRERO AYUSO, V. Las Naves de Kerné (II). Navegando por el Atlántico durante la protohistoria y la antigüedad. En: Rafael González Antón (coord.), Fernando López Pardo (coord.), Victoria Peña (coord.). Los fenicios y el Atlántico. Madrid: Universidad Complutense, Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, 2008.
PASCUAL HERMIDA, G. Poblamiento antiguo en el litoral de Sta. Mª de Oia: una posible interpretación. Evidencias de navegación desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna. 2013.
Preciosa la historia del petroglifo de pedornes, no lo conocía! Besos, guapa!:)
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[…] el Blog Cátedra Naval, donde en 2015 escribieron un artículo super completo dando su opinión sobre los grabados desde […]
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