En esta entrada nos centramos en el viaje que un embajador español, Ruy González de Clavijo, acometió a principios del S. XV (entre 1403 y 1406), hasta las fronteras de Samarcanda, en misión real para hablar con el sultán Tamerlán, un gran caudillo mongol. En esos momentos a los reyes cristianos les parecía que el gran Tamerlán podía ser el único capaz de detener el avance turco en Europa. Una embajada previa dirigida por Paio Gómez de Sotomayor unos años antes había abierto las puertas a una posible alianza.
