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Posts Tagged ‘Canoas’

La navegación lleva consigo conocimiento del medio acuático, ya sea en el mar, ríos o lagos. También supone el desarrollo de una serie de técnicas. Los pueblos que vivían en la cuenca central del continente americano antes de la llegada de los europeos hacían uso frecuente de balsas, canoas y barcas para sus desplazamientos, especialmente en zonas lacustres, aunque este es un tema poco tratado y apenas conocido, del que queda mucho por investigar.

A pesar de que algunos autores analizan épocas más antiguas, la mayoría de los trabajos que han sacado a la luz esta forma de transporte y de establecer relaciones con otros pueblos, se refieren al periodo previo a la llegada europea, entre los siglos XIV y XV. Vamos a conocer en esta entrada algunos de los desarrollados en el territorio denominado Mesoamérica (parte de México y América Central donde se desarrollaron las grandes culturas prehispánicas). Los descubrimientos se basan en antiguos documentos, pictogramas y en los resultados de diversas excavaciones arqueológicas. Van desde pequeñas embarcaciones de uso individual hasta otras más grandes para transporte de varias personas y mercancías.

Área mesoamericana. Fuente

Biar y Favila han identificado cuatro tipos de naves, aunque fuera del ámbito académico se pueden resumir en dos:

a) Pequeñas balsas de uso individual, hechas con materiales flotantes, pero también efímeras, de breve uso. Solían utilizar juncos o troncos de madera (tipo 1 de la tabla).

Balsas de juncos dibujadas en el códice Aubin. Fuente

b) Canoas algo más grandes y duraderas. Entre estas se diferencian por el acabado que se les daba a los extremos, las que son iguales (tipo 2), ya sean rectos o redondeados, y otras más grandes, para transporte de mercancías, asimétricas, tanto cuando tenían ambos lados a la misma altura (tipo 4) como uno más elevado que otro (tipo 3).

Tipología de canoas según BIAR 2016

Eran casi todas monóxilas (hechas con el tronco de un árbol) y tenían un fondo plano para facilitar la navegación en el lago.

Los «remos»

Los instrumentos de propulsión que se usaban para navegación costera o fluvial eran palas (o paletas) y también bastones (o pértigas). Las primeras solían estar formadas por un palo, cuya longitud dependía mucho del tamaño de la embarcación, que tenía al final una parte más ancha, a veces con forma redondeada y en otras era más cuadrangular. Las pértigas se utilizaban para conseguir impulso tocando el fondo del agua.

Los remos, que eran más largos, estaban destinados para la navegación en aguas profundas.

Para acabar

Estas canoas, así como sus técnicas de construcción y uso, deben considerare una importante característica cultural, de enorme relevancia, ya que forman parte del Patrimonio Marítimo de la Humanidad.

Más información

BIAR, Alexandra y FAVILA VÁSQUEZ, Mariana. Tradición de navegación indígena en Mesoamérica: los casos lacustres mexica y tarasco. En: HOCES-GARCÍA, Alberto y MORAL-GARCÍA, Carlos (coords.). El mar: una forma de vida en América. Madrid: Historia y Cultural del Mar, 2016, p. 97-127.

FAVILA VÁSQUEZ, Mariana. La navegación en la Cuenca de México durante el posclásico tardío: La presencia de la canoa en el entramado social mexica. Master’s thesis, Escuela Nacional de Anthropología e Historia, Mexico City, 2011.

FAVILA VÁSQUEZ, Mariana. Navegaciones costeras y fluviales en la provincia de Zacatula y el corredor del río Balsas: estudio sobre la conectividad acuática desde un enfoque multidisciplinario. En: PINZÓN RÍOS, Guadalupe. Cabotajes novohispanos. Espacios y contactos marítimos en torno a la Nueva España. México: Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México, 2021, p. 34-66. Serie Historia Novohispana, 114.

YOUNG LIMA, Sarah Michelle. Análisis del paisaje cultural marítimo de la Costa Pacífica de Guatemala a través del estudio de la navegación prehispánica. Tesis Doctoral. Universidad del Valle de Guatemala, 2022.

ZÚÑIGA CARRASCO, Iván Renato. Costa Oriental Maya: un acercamiento al comercio y navegación. Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe, 2014, 23, p. 111-127.

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Desde el estrecho de Panamá hasta el cabo de Hornos se extiende un amplio territorio costero bañado por el más grande de todos los océanos, el Pacífico. Es tan enorme que abarca distintos paisajes y presenta climas que son casi antagónicos.

América del Sur. Fuente: Google Maps

Todos tienen en común el espacio litoral, donde sus primeros habitantes abordaron la navegación de formas muy diversas, adaptadas a los materiales y a las necesidades básicas que tenían. Generando una división de amplias zonas, nos encontramos cuatro grupos:

  • el territorio que abarca la costa de Colombia y Ecuador, con bosques tropicales, gran cantidad de lluvia y multitud de ríos navegables.
  • Perú y el tercio norte de Chile, que presentan un clima desértico y sin árboles.
  • La parte sur de Chile, la Araucanía, con muchas lluvias, una exuberante vegetación y ríos turbulentos.
  • La región magallánica, en el extremo sur del continente, formada por innumerables bahías e islas cubiertas de una densa vegetación y pequeños ríos que van desde las montañas al mar.

Esta variedad dio como resultado distintas embarcaciones, realizadas con diversos materiales y de formas diferentes para obtener el mayor número de recursos en su entorno. De esta manera, se construyeron balsas, flotadores y canoas con características distintivas. Vamos a conocerlas.

Balsas

Eran plataformas formadas por maderos unidos que servían tanto para mantenerse a flote como para navegar. Incluso se usaban para instalar en ellas una casa flotante. Podían estar hechas de juncos o de madera.

Caballito de totora actual. Fuente

Las primeras se desarrollaron mucho en la zona de Perú y dieron como resultado los conocidos caballitos de totora, que todavía se utilizan. Estaban hechas de cualquier tipo de junco resistente, como la totora. Se construyen con una técnica tradicional y específica, que se viene empleando en el lugar desde tiempos inmemoriales.

Balsa de madera utilizada como vivienda. Fuente: Monleón 1892

Las balsas de madera eran propias de zonas tropicales, donde los árboles crecían rápidamente y en cantidad. A pesar de estar construidas con el mismo material, las hubo de varios tamaños y tuvieron diferente uso. Fueron cambiando con el paso del tiempo, por ejemplo, inicialmente no contaban con velas, pero se le acabaron añadiendo, igual que una pequeña caseta, a modo de refugio.

En este tipo se incluyen las jangadas, tanto las usadas en el mar como las fluviales (vid. los dos dibujos siguientes).

Flotadores realizados con pieles de animales

Se hacían pequeñas embarcaciones con el cuero de focas y leones marinos, muy abundantes en la zona costera chilena.

Flotadores de piel. Fuente: Monleón 1892

Se formaban uniendo la piel de dos animales marinos (odres), que se inflaban y cosían con tendones y espinas de cactus. Posteriormente se impermeabilizaban con arcilla y aceite de lobo. Encima se ponía un entramado de madera para los tripulantes.

Balsa de cueros de lobo marino de los changos. Museo Arqueológico de La Serena (Chile). Fuente

Había unos más pequeños, de una sola plaza, mientras que otros, de mayores dimensiones, podían transportar a varios tripulantes y una carga más voluminosa.

Canoas

Las primeras eran unas embarcaciones primitivas, que se formaban con el tronco de un sólo árbol (llamadas monóxilas), y se usaron en casi todas las costas americanas.

Canoa monóxila de Patagonia. Fuente

También se construían con la corteza de un árbol grande en el cabo de Hornos y la Tierra de Fuego. Posteriormente aparecieron otras que se formaban uniendo tablas de madera, como las dalcas de Chile.

Canoa formada con la corteza de un árbol. Fuente: Monleón 1892

Estas canoas de madera eran de tamaños muy distintos: desde las más pequeñas, en las que podían navegar un reducido número de personas hasta las oceánicas, mucho mayores y más resistentes.

Canoa de corteza del pueblo yamaná. Fuente

Para acabar

Esta variedad de embarcaciones son una muestra de las diversas formas de afrontar la navegación en los mares, ríos y lagos de América del Sur, y también de la utilización de los materiales que tenían más próximos para poder construirlas. Son una lección de eficiencia cuyos resultados han generado un importante legado patrimonial marítimo.

Más información

AGUILERA ÁGUILA, Nelson, et al. Fragmentos de realidad: Arqueología y etnografía de las canoas de corteza en el área del Cabo de Hornos. Anales del Museo de América, 2019, p. 6-34.

HEYERDAHL, Thor. El hombre primitivo y el océano. Barcelona: Juventud, 1983.

LOTHROP, Samuel Kirkland. Aboriginal navigation off the west coast of South America. The Journal of the Royal Anthropological Institute of Great Britain and Ireland, 1932, 62, p. 229-256.

MÁRQUEZ MIRANDA, Fernando. La navegación primitiva y las canoas monóxilas (Contribución a su estudio)Revista del Museo de la Plata, 1932, 33.

MONLEÓN Y TORRES, Rafael, et al. Las embarcaciones americanas en la época del descubrimiento. El Centenario. Revista Ilustrada, 1892, p. 68-79.

NIEVA SANZ, Daniel. Más allá de la materialidad del artefacto náutico: el valor simbólico de la canoa yámanaTemas Antropológicos, Revista Científica de Investigaciones Regionales, 2021, 43, 2.

PÉREZ, Alberto E., et al. A pre-Hispanic canoe or Wampo burial in Northwestern Patagonia, Argentina. Plos one, 2022, 17, 8, p. e0272833.

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