Aunque los entierros de personajes principales en embarcaciones parece que están asociados exclusivamente a los pueblos vikingos, realmente es una tradición milenaria que existía ya entre los habitantes nórdicos desde la Prehistoria. A partir de la península escandinava se fue ampliando a las islas británicas y a otras zonas del continente europeo cercanas a los mares Báltico y del Norte.
Los inicios
Durante la Edad del Bronce (3300 al 1200 a. C) en el sur de Escandinavia la agricultura empezó a tener excedentes, lo que hizo posible la introducción de bienes, tales como adornos de bronce o de ámbar, joyas de oro y armas, que se acabaron depositando como ajuar fúnebre dentro de los grandes montículos funerarios erigidos para los miembros de elevada jerarquía.
Entre los años 1800 al 500 a. C. uno de los motivos más característicos fue la representación grabada de naves, junto a los que también aparecían personajes masculinos y femeninos. Las embarcaciones fueron posteriormente utilizadas como parte de esos ritos funerarios celebrados en honor a los jefes guerreros.
Influencias mediterráneas
En el norte de Europa tomaron prestadas e incorporaron algunas de las características de las primeras civilizaciones mediterráneas (especialmente de los egipcios), habiendo recibido influencias culturales y religiosas, entre las que se encuentra la concepción de la barca solar. En el sistema de creencias escandinavo se pensaba que el sol era llevado en barco a través del mar celestial, muy similar al concepto egipcio. Su asociación con embarcaciones, como se aprecia en el sitio de Solbakk (Noruega), puede ser asumida como una representación de la barca solar.
Promontorios y lugares costeros
Para los pobladores nórdicos la costa es un espacio que permite la comunicación simbólica entre las tres dimensiones: terrestre, celeste y acuática. De hecho, muchos de los grabados rupestres hallados están situados en zonas costeras, en promontorios cercanos al mar, manteniendo ese carácter sagrado y convirtiéndolos en lugares de encuentro del mundo de los vivos con el de los muertos.
Montículos funerarios
Enterrar a los difuntos en montículos era una costumbre ancestral generalizada desde la prehistoria en todos los continentes habitados, porque se relacionaba con la colina primigenia (se pueden hallar evidencias en México, China y Egipto, entre otros).
Los montículos funerarios nórdicos cercanos a la costa, conocidos como las “pirámides de Escandinavia”, pueden simbolizar las islas de los muertos, y la tradición de estos entierros se remonta a la temprana Edad del Bronce (1800 – 1000 a. C.), perdurando durante toda la Edad del Hierro, hasta llegar a la época medieval.
En un momento previo al mundo vikingo, los difuntos y sus embarcaciones pasaron a ser enterrados en el interior de los montículos. Un buen ejemplo es el barco anglosajón de Sutton Hoo, del siglo VII.
Hay más vínculos entre estas imágenes y los ritos mortuorios en el sur de Escandinavia. Se han hallado enormes túmulos en pequeñas islas a lo largo de las costas del sur de Suecia y Noruega, construidos durante la Edad del Bronce. Lo reseñable aquí es que varias de estas islas eran demasiado pequeñas para haber estado habitadas, por lo que es posible que se hicieran pensando en convertirse en ayudas para la navegación y, además, los fallecidos debían haber sido llevados en naves a los lugares donde fueron enterrados. Así, esta conexión en la Escandinavia primitiva presenta rasgos comunes:
a) En primer lugar, ha existido una larga tradición de entierros en barcas: una práctica que puede haberse originado incluso antes del período neolítico. También se han hallado tumbas que tenían el contorno de un pequeño bote.
b) El segundo se refiere a los ‘escenarios de barcos’ dibujados o tallados durante la Edad del Bronce. Estos son túmulos que a su vez toman la forma de un bote alargado y se hallan cera de la costa.
Para acabar
A lo largo de la Prehistoria y de la Historia de Escandinavia se verifica una perdurable vinculación material y simbólica entre las naves y el mundo de ultratumba. La tradición de los entierros en barcas se remonta al Neolítico, que también fueron utilizadas durante la Edad de Bronce nórdica, para finalmente dar paso a las grandes embarcaciones como lugar de descanso eterno, propios de los períodos anglosajón y vikingo.
Más información
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