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Archive for the ‘– Instrumentos náuticos’ Category

En los inicios del siglo XX se descubrió un pecio grecorromano del siglo I a.C. en Anticitera, una pequeña isla del sur de Grecia. En él se encontró un mecanismo (se puede ver a la derecha de la imagen siguiente) que abrió las puertas de la imaginación de investigadores, pero también de otros pensadores más alejados del método científico (algunos incluso llegaron a decir que era un objeto extraterrestre). Vamos a conocer qué era y para qué se utilizaba en el mar.

Aunque al principio no se le dio mucha importancia, debido a que en el naufragio se hallaron otros tesoros (magníficas esculturas de cobre y mármol), pronto vieron que era algo digno de estudiarse. Lo primero que se pensó fue que una máquina como esa no debía pertenecer a los dueños de la antigua nave, sino que habría llegado allí siglos después.

Reconstrucción actual del mecanismo

Se inician las investigaciones

En la primera fase, durante los primeros treinta años del siglo XX, el mecanismo fue analizado por arqueólogos y filólogos. Entre 1953 y 1974 se comenzó a reconstruir su funcionalidad y se recuperaron datos estructurales que condujeron a establecer la existencia de treinta engranajes. Fue la época de Price, un físico de la Universidad de Cambridge, que se fijó en él y empezó a ver sus múltiples posibilidades. El autor afirmó, tras un estudio detenido, que la máquina hallada era de la época del pecio, que estaba compuesta por varios engranajes internos y que podía haber sido diseñada para conocer los movimientos de los planetas del sistema solar. A pesar del prestigio del autor, hubo quien negó esta opción. Price siguió insistiendo y lo radiografió para conocer más en profundidad lo que albergaba.

A partir de 1990, tras veinte años de silencio, se comenzó a analizar con programas informáticos e imágenes de tomografía lineal, y como consecuencia salieron a la luz una gran cantidad de nuevos datos. Así, se comprobó que era lo que Price había mantenido: una antigua calculadora de movimientos celestes.

Un dibujo con los distintos engranajes que contiene el mecanismo. Fuente

Desde 2005 se han utilizado muchas otras nuevas tecnologías, tales como imágenes de superficie y tomografía 3D en alta resolución, que han permitido establecer un nuevo modelo con múltiples funciones.

Los conocimientos griegos sobre los astros

Los grandes autores griegos comenzaron a emplear una lógica geométrica para analizar los patrones de comportamiento celestial. Es tan relevante que aún tiene vigencia en la comprensión del universo, ya que la manera de explicar y describir las órbitas, planos y espacios nació en esta época tan antigua, aunque desde entonces se ha evolucionado mucho. En ese tiempo se comenzó a investigar sobre ciertos principios ocultos que pudieran revelar las causas que gobernaban el movimiento de los cielos sin pensar en los dioses. Por esta razón se generaron modelos que describían la conducta de los fenómenos naturales. Así, una simulación compuesta de mecanismos con partes móviles hacía más fácil entenderlo y también permitía que se usara como herramienta, como es el caso del mecanismo descubierto en Anticitera.

El objeto descubierto y su estructura

Originariamente el objeto descubierto se alojaba dentro de una caja de madera de unos 30 cm de alto por 20 cm de largo, que tenía inscripciones astronómicas (parte del texto se ha podido recuperar). Los engranajes del interior se componen de una cantidad de dientes que indican la operación que realiza cada uno de ellos. De esta manera, al girar la manivela para que se de una rotación completa del engranaje primario de 64 dientes, se representaba el pasaje de un año. Éste se transmitía a dos secundarios que giraban una fracción de 64/38 veces al año. Así, cada engranaje dentado representaba una fracción diferente y eventualmente movía los punteros que correspondían a ciclos astronómicos diferentes. Tras un estudio muy detallado se descubrió que las relaciones de uno de estos engranajes ocultaban las fases del ciclo lunar, algo que se había calculado ya en época babilónica y en las que se basaba este mecanismo.

Otra reconstrucción actual

Su vínculo con la Historia Naval y Marítima

Conocer las fases de los objetos celestes era inmensamente útil en esa época y aparte de que servía para saber cuándo sembrar, qué día había que celebrar las fiestas religiosas, cuál debía ser la estrategia en la batalla o en qué momento pagar las deudas, para la navegación era importantísimo conocer dónde y cómo estaban colocados los astros, para decidir si podían hacer viajes nocturnos y en qué momentos, algo que parte de la historiografía ha olvidado subrayar de este magnífico mecanismo, que además debía ser el motivo por el que iba en la nave. Uno de sus descubridores, cuando lo vio lo identificó como algo parecido a un astrolabio. El propio Price, tras estudiarlo con mucho detenimiento, añadió que los astrolabios posteriores tenían mecanismos muy similares. Todo un logro de los antiguos griegos y una maravilla para el Patrimonio Naval y Marítimo que nos ocupa.

Hoy está expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Grecia, en Atenas.

Video de 8′

Más información

CARMAN, Christián C. El mecanismo de Anticitera: Una computadora astronómica de la antigüedad. Ciencia hoy, 2011, 21, 123, p. 32-38.

CORFÙ, Nicolas Assur. The Bronze Head of Antikythera-A Late Classical or Very Early Hellenistic Masterpiece?. Numismatica e Antichità Classiche (NAC), 2019, 48, p. 65-77.

ELLIOT, Julián. El pecio inagotable. Historia y vida, 2016, 585, p. 20-23.

ELVIRA SÁNCHEZ, José Iván. El mecanismo de Anticitera y los thaumasiourgoi helenísticosStudia Hermetica Journal, 2012, 2, 2, p. 6-30.

FREETH, Tony. El mecanismo de Anticitera. Investigación y Ciencia, 2010, 401, p. 46-54.

GUERRA, Wilson & NEVES, Marcos Cesar Danhoni. Oh Mecanismo de AntiKithera: possibilidades para o ensino e a divulgaçao da Astronomia. Parte II. Revista Valore, 2019, 4, p. 97-120.

JONES, Alexander. La macchina del cosmo: la meraviglia scientifica del meccanismo di Anticitera. La macchina del cosmo, 2019, p. 1-352.

MACCHI, D. Descifrando la mecánica del cielo. El mecanismo de Anticitera. Revista de Tecnología e Informática Histórica, 2012, 2, 1, p. 1.

PRICE, Derek de Solla. Gears from the Greeks. The Antikythera mechanism: a calendar computer from ca. 80 BC. Transactions of the American Philosophical Society, 1974, p. 1-70.

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El ancla es el icono que identifica lo marítimo y naval en todo el mundo y se incluye en escudos, gallardetes, entorchados, vajilla, ropa, decoración, mobiliario, pintura y escultura entre otros muchos. Las anclas son los sistemas que utilizan los barcos para fondear en un lugar determinado. Tienen otros usos en ciertas maniobras, pero el principal es facilitar el atraque. Posiblemente sea, de todos los pertrechos de una embarcación, el que menos ha evolucionado en toda la historia de la navegación.

Por lo tanto, un ancla es un instrumento fuerte y pesado, hecho de piedra, madera, plomo, hierro o acero, que va afirmado a un cabo o a una cadena para sujetarla a bordo. Se arroja a la mar para que, cuando se agarra al fondo, ofrezca la resistencia necesaria para que el barco quede fondeado y no sea arrastrado por el viento y las corrientes. A lo largo de la historia han tenido numerosas formas y variantes.

Un ancla consta de los siguientes elementos:

  • Arganeo, es el eslabón, también conocido como grillete, que sujeta el ancla a la cadena o cabo.
  • Caña, la parte que va desde el arganeo a la cruz.
  • Cruz, la caña que une los brazos.
  • Brazos, las dos partes del ancla que parten de la cruz a las uñas.
  • Uñas, son los extremos de los brazos. Terminan en los picos de loro o papagayo. Los bordes que forman las uñas se conocen como pestaña y orejeta.
  • Mapa, la parte casi plana de las uñas.
  • Cepo, la barra que atraviesa la caña en un plano perpendicular a los brazos. Debido a su peso, cuando el ancla está en el fondo, la tumba, presentando al tenedero sus uñas para que agarre.
  • Grillete equilibrado, el otro sistema que sirve para suspender la caña, para subirla a bordo y trincarla.

Antes había dos sistemas de anclaje, las áncoras o anclas (una de ellas se puede ver abajo a la izquierda) y los ferros (también llamados rezones, a la derecha). La diferencia radica en las uñas, ya que un ancla suele tener dos, mientras que un ferro posee cuatro. También la terminación (el pico de loro) es diferente.

Evolución de los primeros sistemas de anclaje y fijación

Las anclas más primitivas usadas en las primeras incursiones en el mar, en una navegación fluvial o de pequeño cabotaje, con rudimentarias naves, eran las que se conseguían de manera más sencilla y fácil, con materiales que estaban disponibles en el terreno, como son la piedra y la madera, y que con una escasa manipulación podían servir para fondear.

Piedra

Las primeras formas que se utilizaron, dependiendo del lugar, fueron grandes piedras, cestos cargados de ellas, bolsas de arena o troncos lastrados con plomo, amarrados a ramales. Su fundamento se basaba en el propio peso del sistema y en cierto grado de rozamiento restringido con el terreno.

Diagrama de evolución de las anclas antiguas. Fuente: Kapitán, 1984

Desde ésta se evoluciona hacia las anclas líticas de una o varias perforaciones, así como hacia la forma mixta, constituida por la combinación de madera y piedra. De esta forma, desde las primitivas cestas de piedras se distinguen tres líneas evolutivas, que terminaron confluyendo en los actuales sistemas de anclaje. El primero que aparece en el dibujo superior es el de los «pesos muertos».

Áncora muy antigua procedente de Egipto, del puerto de Wadi al-Jarf. Fuente

Para facilitar la fijación de la piedra se hizo una acanaladura que la recorría transversalmente, o se tallaban estrías para fijar el cabo, pero sin producir perforación alguna. La piedra se fue trabajando hasta conseguir un aspecto regular, alargado o piramidal, y estaban perforadas, al principio con un agujero por el que se pasaba la gaza (cabo o cuerda), probablemente hecha de cáñamo, cuero o de otro material natural.

Dibujo de una antigua ancla de piedra.Fuente: Benito

A este modelo le fueron añadiendo dos o más hendiduras, a través de las cuales se introducían a presión palos, a modo de uñas sobre la superficie plana de la piedra, que servían para engancharla en la arena. El agujero hecho para el cabo, que habitualmente era el superior, ayudaba a desenterrarla del fondo y facilitaba la maniobra de levar anclas.

La madera

Un importante avance vino con la incorporación de un nuevo material como elemento principal, la madera, que proporcionaba una estructura rígida, aunque en su interior se incluían una o varias piedras como complemento. A diferencia de lo que ocurría con las anclas predominantemente líticas, las de madera apenas se han conservado, por lo que han pasado muy desapercibidas.

También fueron incorporándose metales como bronce, plomo o cobre para reforzar la estructura. Los pesos de las primeras anclas encontradas oscilan entre 17 y 60 kg. Suelen ser triangulares o trapezoidales y cuentan con hendiduras muy grandes para su tamaño. La piedra utilizada era principalmente calcárea o de origen volcánico.

Plomo

El paso siguiente, hacia el siglo IV a. C., consistió en cambiar la piedra por el plomo, tal y como se usaba en algunas de las anclas romanas encontradas. Esta variación aportaba numerosas ventajas en cuanto a su mayor densidad, flexibilidad y duración. Las anclas de las naves del lago Nemi (las del emperador Calígula), por ejemplo, tenían unas enormes dimensiones, de unos 5,50 m. de longitud de caña y estaban hechas de madera de encina (que son de las pocas que se han conservado, debido a las características del lugar del pecio).

Ancla de uno de los barcos de lago Nemi. Museo delle Navi. Foto de Pippo-b

Algunos autores como Benito (2000) afirman que ya hacia el siglo I las anclas de madera fueron desapareciendo, comenzando a ser más frecuentes las de cepo móvil en hierro, antecesoras directas de las actuales.

Evolución de las anclas mediterráneas según Kapitan

En la imagen anterior se muestra la evolución cronológica de las anclas del Mediterráneo, según Kapitan (1984). La que aparece primero (A) es del siglo VII a. de C. La siguiente (B) es un esquema de un áncora hallada en los restos de Pompeya, del año 79. El tercer modelo (C) muestra un ancla tardorromana, cuya principal característica era que tenía la caña cilíndrica. Las dos últimas convivieron a partir del siglo V, la D se conoce como yassi Ada y la última (E) es un esquema de otra de procedencia musulmana (siglo XV).

En el siglo XIV se incorporan definitivamente las uñas a las anclas, aunque según Villa la producción no se sistematizó hasta el XVII. Mientras que esta evolución ocurrió en los sistemas de anclaje de las grandes embarcaciones de comercio y de guerra, en las naves pequeñas se mantuvieron las anclas líticas durante siglos.

Actualización

Hallazgo de anclas fenicias y romanas en Jávea. Abril 2021

Más información

BENITO DOMÍNGUEZ, Ana Mª. Aproximación a la historia de las anclas líticas a partir de las recuperadas en la costa gipuzkoanaItsas memoria: Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 2000, 3, p. 665-684.

CARRIÓN ARREGUI, Ignacio. Tecnología tradicional y desarrollo de una industria pesada: la fabricación de anclas en Guipúzcoa (siglos XVI-XVIII). Revista de Historia Industrial, 1995, p. 199-214.

CIARLO, Nicolás C. Aportaciones históricas y arqueológicas al estudio del proceso de estandarización en la industria ancorera de las potencias marítimas europeas del siglo XVIIIArqueología, 2019, 25, 2, p. 169-193.

KAPITAN, Gerhard. Ancient anchors – technology and classificationInternational Journal of Nautical Archaeology, 1984, 13, 1, p. 33-44.

ODRIOZOLA OYARBIDE, Lourdes. Un proyecto de empresa pública en Guipúzcoa: la Real Fábrica de anclas de Rentería. Revista de Dirección y Administración de Empresas, 1996, 3, p. 73-90.

SÁNCHEZ-FEIJOO LÓPEZ, Luis. Anclas. Tipos, evolución e historia de la penúltima esperanza. Madrid: Fundación Alvargonzález, 2020.

VILLA CARO, Raul. Evolución e historia de los sistemas de amarre y fondeo. Revista General de Marina, 2014, 267, 3, p. 457-469.

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Abraham Zacuto nació en Salamanca a mitad del siglo XV y estuvo muy ligado con la prestigiosa Universidad salmantina. Fue un insigne y conocido astrónomo, historiador y matemático,  famoso en todo el orbe occidental. Además era filósofo y místico.

A. Zacuto

A. Zacuto

Traemos aquí su importante aportación porque a lo largo de la historia de España hemos tenido relevantes personajes, que, por múltiples motivos, actualmente no son muy conocidos en su propia nación, ni tampoco reconocida su importante labor.

Su obra

Zacuto se dedicó a investigar sobre Astronomía, llegando a ofrecer resultados que fueron aplicados tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, y que, con el tiempo, tuvieron un uso muy importante para la navegación oceánica.

Publicó varios libros, y de todos ellos el más conocido y que ha tenido mayor trascendencia para la Historia Naval, ha sido su almanaque perpetuo. Entre otros muchos usos, servía para predecir los eclipses de la Luna.

Una página on tablas del Almanach Perpetuum

Una página con tablas del Almanach Perpetuum 

La trascendencia de su obra

Hay algunos autores que la consideran básica para que los viajes de Colón y de Vasco de Gama llegaran a buen puerto. Se dice que Zacuto preparó los cálculos marítimos y astronómicos necesarios para la expedición portuguesa, y que entrenó a la tripulación para usar un astrolabio que acababa de perfeccionar. Este instrumento era capaz de determinar la latitud geográfica mientras se está en el mar. Sus conocimientos, en especial el Almanach Perpetuum, revolucionaron la navegación oceánica de su época.

Un astrolabio del s. XVI, usado en la carrera de indias. Museo Naval de Madrid.

Un astrolabio del s. XVI, usado en la carrera de Indias. Fuente: Museo Naval de Madrid.

También algunos hablan del uso estratégico que Colón hizo de este almanaque una vez en tierra.

Su periplo obligado

Como otras veces ha pasado, fruto de la intolerancia, Zacuto tuvo que emigrar a Portugal, poniéndose a las órdenes del rey Juan II, famoso porque durante su reinado tuvieron lugar los descubrimientos de la ruta atlántica por el cabo de Buena Esperanza hasta llegar a la India y de Brasil. Posteriormente debió pasar al continente africano, para terminar sus días sirviendo al emperador turco Beyacid II (quien como su padre, el gran Mehmed II, fue un mecenas de la cultura occidental y oriental).

La religión judía de Zacuto jugó un papel determinante en su devenir forzoso por todo el Mediterráneo, ya que cada vez que había una expulsión de la población hebrea, éste tenía que emigrar a otro país donde fuera admitido.

Traducción de sus escritos

Una prueba de la importancia de la obra de este español universal pero poco conocido fuera de ciertos ámbitos, es que en un momento en que las obras escritas en árabe (ya fueran originales o no) eran las mas reconocidas, la obra de Zacuto se tradujo desde el latín primero al castellano y rápidamente al árabe. De hecho, a pesar de su religión judía vivió, debido a las expulsiones, una parte importante de su vida en países musulmanes.

Biblioteca de la Universidad de Salamanca que lleva el nombre de Abraham Zacut, en honor de su insugne paisano

Biblioteca de Ciencias y Técnicas de la Universidad de Salamanca, que lleva el nombre de Abraham Zacut, en honor a su insigne paisano

El texto completo del Almanaque

El Almanaque Perpetuo está disponible gracias a la digitalización del original que se conserva en la Biblioteca Universitaria de Salamanca (incunable 176). También puede verlo en nuestra web, cortesía del Museo Naval de Madrid.

cabecera_zacuto

Mas información

CARABIAS TORRES, A. M. (coord). Salamanca, académica palanca hacia el poder. En ARANDA PÉREZ. J. Letrados, juristas y burócratas en la España Moderna. (pp. 23-59). Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2005.

GÓMEZ ARANDA, M. La astronomía en la era de los descubrimientos. Abraham Zacuto.

NAVARRO BROTÓNS, V. La Astronomía. En LÓPEZ PIÑERO, J.M. (dir.). Historia de la ciencia y de la técnica en la Corona de Castilla. III: Siglos XVI y XVII. Salamanca: Junta de Castilla y León, 2002.

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El mar y sus habitantes, así como las naves que lo atraviesan, han quedado inmortalizados en miles de manifestaciones de la humanidad. Hay algunas que son profundamente desconocidas, pero no por ello son menos dignas de exhibirse y difundirse. Es el caso de las marcas de agua que solía llevar el papel.

Pez. Pilten 1563. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=037.002.005&ordnr=44424&sprache=en

Pez. Pilten 1563. Fuente

En un recorrido por las señales que habitualmente dejaban los fabricantes de este material documental, hemos encontrado la milenaria conexión hombre-mar, que con la aparición y uso del papel se ha convertido en un tándem que caracteriza profundamente nuestra civilización: el mar para navegar y soñar y el papel para dejar por escrito nuestros pensamientos y actividades.

Barco. Culemborg 1376. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=020.&ordnr=156030&sprache=en

Barco. Culemborg 1376. Fuente

Las marcas de agua con motivos marinos son muy variadas y existen ejemplos desde la Edad Media. Las más comunes representan peces, barcos, moluscos, anclas, compases y sirenas, entre otros, pero con el paso del tiempo, y dependiendo del molino papelero que lo fabricaba, han ido cambiando. Podemos encontrar desde trazos iniciales hasta verdaderas obras artísticas escondidas en el interior del papel. Sólo cuando olvidamos por un momento el contenido escrito y nos fijamos en el soporte, muchas veces mirando al trasluz, podemos contemplar esas obras de arte sutiles, silenciosas, que nos han acompañado durante muchos siglos sin que ni siquiera fuéramos conscientes de ello.

Barco. Porteau 1456. Fuente: http://www.piccard-online.de/struktur.php?sprache=en

Barco. Porteau 1456. Fuente

Precisamente porque han sido ignoradas por la mayor parte de la población, que, sin embargo, las tenía tan cerca, les dedicamos una entrada, elaborada por una experta en conservación y restauración, acompañada de marcas de agua vinculadas con temas marinos y navales.

Barco. Salem, 1715. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=020.&ordnr=156051&sprache=en

Barco. Salem, 1715. Fuente

Por Cristina Romero Manso

Las filigranas y la verjura del papel

En el siglo XIII, en Italia, aparece un dibujo que se cose a la verjura (otra marca que se realiza en el papel) de la formadora con alambre, y que identifica al molino papelero productor, es la filigrana o marca de agua. Etimológicamente, el término «filigrana» procede del italiano:

Filum (hilo): Hilo, hilvanado, filo, vilo.
Granum (grano): Partículas de metal.

Por tanto es un diseño tejido con hilo metálico cosido a una malla, también metálica.

Este diseño se cosía a la formadora con la que se hacía el papel, que a su vez estaba hecha de una rejilla de hilo muy fino de cobre o latón, dispuesta vertical y horizontalmente. Los hilos verticales se denominan corondeles y están más separados unos de otros; mientras que los horizontales, se llaman puntizones y distan entre sí muy pocos milímetros. Esta trama queda marcada en la hoja de papel al depositarse menos pulpa sobre el relieve y se llama verjura, y al papel se le conoce como papel verjurado. Tanto la verjura como la filigrana se pueden ver al trasluz, incluso a simple vista.

Formadora con verjura (líneas paralelas que se aprecian en todo el cuadro) y filigrana (dibujo central). Fuente: Museo Molino de Capellades.

Formadora con verjura (líneas paralelas que se aprecian en todo el cuadro) y filigrana (dibujo central). Fuente: Museo Molino de Capellades.

Se denominan a veces marcas de agua, porque no siempre la filigrana está hecha de hilos de metal. Pero lo que sí es seguro es que el agua es el elemento cohesionador de la fibra sobre el dibujo. Ya sea de metal o de otro material, este nombre técnico es más apropiado.

Pescado. Bromberg 1574. Fuente: http://www.ksbm.oeaw.ac.at/_scripts/php/loadRepWmark.php?rep=briquet&refnr=12430&lang=fr

Pescado. Bromberg 1574. Fuente

El origen de la filigrana

Se cree que la filigrana nació en la ciudad de Fabriano, pero la más antigua documentada procede de Bolonia, fechada en 1282, con el dibujo de una cruz griega. En España, la primera está fechada entre 1269 y 1300, y se conserva en el Archivo de la Corona de Aragón.

Pez. Culemborg 1475. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=037.002.002&ordnr=44413&sprache=en

Pez. Culemborg 1475. Fuente

La filigrana, como marca papelera, podía presentarse en tres formas diferentes, según su función y aplicación:

  • en la hoja de papel garantiza la identidad de la misma, la clase y la procedencia.
  • Los paquetes que envolvían el papel llevaban una carátula con la filigrana del molino, lo que permitía reafirmar la marca e identificar la localización productiva.
  • El escudo del molino papelero en la dovela de la puerta principal del edificio marca el territorio y al espacio laboral.

Concha. Montpellier, 1375. Fuente: http://www.ksbm.oeaw.ac.at/_scripts/php/loadRepWmark.php?rep=briquet&refnr=4499&lang=fr

Concha. Montpellier, 1375. Fuente

Molusco. Löwen 1478. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=038.001.003&ordnr=44609&sprache=en

Molusco. Löwen 1478. Fuente

A partir del siglo XIV la filigrana adquiere un criterio objetivo y se consigue identificar la calidad, el gramaje, origen y medidas del papel respecto a otros molinos.

Ancla con mano. Unterkochen, 1444. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=006.001.003.002&ordnr=118804&sprache=en

Ancla con mano. Unterkochen, 1444. Fuente

La ubicación de la filigrana en la formadora es un dato muy importante para conocer cómo era el tamaño de la hoja, si había sido cortada y por dónde.

Ancla. Meran, 1549. Fuente: http://www.piccard-online.de/detailansicht.php?klassi=006.001.003.001&ordnr=118775&sprache=en

Ancla. Meran, 1549. Fuente

Tipología

Al principio estos dibujos eran signos gráficos sencillos o palabras con carácter identificativo: cruces, números y signos.

Pez (s.f.). Fuente: http://www.piccard-online.de/struktur.php?sprache=en

Pez (s.f.). Fuente

A partir del siglo XIV las filigranas se hacen más elaboradas y con un carácter más artístico: aparecen soles, escudos, corazones, figuras geométricas, blasones, símbolos religiosos y un sinfín de combinaciones. Su utilización varía según la época y los lugares. Llegan a perfeccionarse tanto que algunas se convierten en auténticas figuras de gran valor artístico.

Compás (material cartográfico). Passau 1429. Fuente: http://www.ksbm.oeaw.ac.at/_scripts/php/loadRepWmark.php?rep=briquet&refnr=4463&lang=fr

Compás (material cartográfico). Passau 1429. Fuente

Compás (material cartográfico). Troyes, 1543. Fuente: http://www.ksbm.oeaw.ac.at/_scripts/php/loadRepWmark.php?rep=briquet&refnr=4466&lang=fr

Compás (material cartográfico). Troyes, 1543. Fuente

Cómo conseguir la imagen de la filigrana del papel

Para la captura del dibujo de la filigrana se utilizan los siguientes procedimientos:

  • Calcar manualmente.
  • Fotografía a contraluz.
  • Fotografía por contacto directo.
  • Reproducción con rayos beta.
  • Electrorradiografía.
  • Rayos X.

El calco y la fotografía a contraluz son los más utilizados. El primero es el más rápido y el utilizado en todas las que aparecen aquí, porque nos proporciona a escala real los datos más importantes.

Sirena. Namur 1426. Fuente: http://www.ksbm.oeaw.ac.at/_scripts/php/loadRepWmark.php?rep=briquet&refnr=13853&lang=fr

Sirena. Namur 1426. Fuente

Bases de datos que recogen filigranas

El Instituto del Patrimonio Cultural de España lleva varios años realizando una base de datos que recoge las filigranas de todos los archivos y bibliotecas de España, sin embargo no está disponible en la red.

Sirena. Neubourg 1466. Fuente: http://www.ksbm.oeaw.ac.at/_scripts/php/loadRepWmark.php?rep=briquet&refnr=13860&lang=fr

Sirena. Neubourg 1466. Fuente

El material gráfico utilizado en este artículo ha sido seleccionado de la página web del International Paper Historians, que contiene hasta 15 bases de datos dedicadas a las filigranas. Concretamente se han utilizado dos: el Hauptstaatsarchiv de Stuttgart (POL), que recoge la obra de Gerard Piccard con más de 92.000 filigranas y el catálogo digital de filigranas de Briquet (BCD).

Más información

ASUNCIÓN PASTOR, Josep. El papel. Técnicas y métodos tradicionales de elaboración. Barcelona: Parramón Ediciones, 2001, 160 p.

DÍAZ DE MIRANDA MACÍAS, Mª Dolores Y HERRERO MONTERO, Ana Mª. Bases de datos sobre filigranas accesibles en línea. En: Actas del VIII Congreso Nacional de Historiadores del Papel en España. 2008, p. 91-115.

MUNNÉ SELLARÈS, Lourdes. Marcas de Fábricas papeleras: Unidad y diversidad. En: Actas del VIII Congreso Nacional de Historia del papel en España. 2008, p. 155-163.

RUÍZ GARCÍA, Elisa. Introducción a la Codicología. Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2002.

Nota: Para los profesionales de estos temas que quieran apreciar la filigrana en la hoja de papel a tamaño real, en lugar del detalle de la imagen que exponemos aquí, «pinchando»  en la palabra fuente que aparece a pié de texto de cada una de ellas, podrá acceder a la imagen original.

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Esta es la segunda de las dos entradas dedicadas a la sonda. Puede acceder a la primera desde aquí.

Autor Pedro Fondevila Silva, Capitán de Navío de la Armada española y alumno del Máster en Historia y Patrimonio Naval

La sonda está compuesta por dos elementos básicos: el escandallo y la sondaleza. Dependiendo de la profundidad que se vaya a medir, estos componentes son de mayor o menor tamaño.

Presentación1

OTRAS FUNCIONES DE LA SONDA

Aparte de la que es más conocida, medir la profundidad del mar, tiene varios usos más.

– Observar la calidad del fondo marino

Otra utilidad del escandallo es la de poder tomar muestras del fondo. Para ello llevaba una cavidad en su base que se rellenaba de sebo, del cual llevaban abundante provisión las embarcaciones.

Examinando las muestras del fondo se podía determinar si el lugar era bueno como fondeadero. También se utilizaba para identificar el paraje donde se hallaban, y ya los antiguos derroteros contenían datos sobre la calidad del fondo, que permitían reconocer el lugar donde se hallaban fondeados. Asimismo, los pescadores lo empleaban para localizar las zonas de pesca.

Escandallo romano procedente del pecio Ouest Giraglia. Campaña de 2011. http://epave-ouest-giraglia2.blogspot.com.es/

Catapirates o escandallo romano procedente del pecio Ouest Giraglia. Campaña de 2011. Fuente

Esta pieza romana, con incrustaciones marinas sin limpiar, es un clásico escandallo de «campana». La base muestra los radios de plomo que servían para sujetar el sebo.

– Comprobar si la embarcación garreaba

La sonda se usaba, además, como referencia para comprobar si la embarcación fondeada se iba para atrás por la acción del viento y/o de la corriente (garrear). Podía ocurrir por tres motivos: a) por no haber hecho presa en el fondo el ancla, b) por desprenderse de él por no tener el ancla peso suficiente, o c) por ser blando el fondo y arrollarlo aquélla.

Forma de lanzar el ancla para evitar que la embarcación garree

Forma de lanzar el ancla para evitar que la embarcación garree

Este procedimiento era especialmente importante en las épocas en las cuales no se conocía la aguja de marear, y, por tanto no se podían tomar marcaciones a puntos notables de la costa para determinar el garreo de la nave. El método consistía en fondear el escandallo por la proa y amarrar la sondaleza en la cubierta, dejándole en banda unas pocas brazas. Si, posteriormente, la sondaleza trabajaba en dirección de la proa, era signo evidente de que la embarcación garreaba.

– Comprobar la velocidad de la nave

Otra utilidad de la sonda era emplearla para calcular la velocidad de la nave, dejando caer el escandallo en parajes de poco fondo y aplacerados, y midiendo la longitud de la sondaleza que salía en un tiempo determinado. Este sistema debió aparecer alrededor del siglo XVII, cuando, con la invención del reloj de péndulo, se lograron divisiones del tiempo más precisas.

Diferentes tipos de escandallos. Fuente

Diferentes tipos de escandallos. Fuente

En la figura superior se puede observar cómo son los escandallos actuales de poca profundidad, que se suelen emplear en embarcaciones deportivas o de pesca. El de la derecha tiene una sondaleza con marcas de color para indicar la profundidad en metros.

ALGUNOS ESCADALLOS

    El más antiguo

El escandallo de Gela (Sicilia) es el más antiguo conocido hasta hoy. Su forma está pensada especialmente para conseguir muestras del fondo.

Escandallo más antiguo encontrado hasta hoy en día. Fuente: Pellegrino

Escandallo más antiguo encontrado hasta hoy en día. Fuente: Pellegrino

    Escandallo romano de plomo

Esta pieza es un escandallo romano que procede del yacimiento de Escombreras I (Cartagena, España), datado en la mitad del siglo II a. C. El barco, que llevaba un cargamento de ánforas de vino de la Campania y otro de cerámica Campaniense, era de mediano tamaño para su época. El escandallo encontrado no formaba parte de la carga, sino que era un pertrecho de la embarcación. Se encuentra depositado en el ARQUA.

El material es de plomo y su forma, como puede verse en la imagen es semiesférica, con una argolla en la parte superior para afirmar la sondaleza. Sus dimensiones son: 173 mm. de altura y 160 mm. de diámetro de la base. El contexto cultural es romano republicano y el lugar de producción de la pieza el Mediterráneo occidental.

Escandallo de plomo. ARQUA. Inventario  ESC- I/18.91/2/10357

Escandallo de plomo. ARQUA. Inventario ESC- I/18.91/2/10357

    Otro romano, clásico, en forma de «campana»

Fig. 6 I. Catapirates o escandallo de plomo. Menfi  s.I/II a.C. (14)

Fig. 6 I. Catapirates o escandallo de plomo. Menfi s.I/II a.C. Fuente: Pellegrino

    Escandallo de mano actual

La sondaleza presenta marcas de color para indicar la profundidad en metros.

Escandallo actual

Escandallo actual para pequeñas profundidades.

Más información

– FONDEVILA SILVA, P. ¿Cómo medían la profundidad del mar los antiguos navegantes?. Blog Cátedra de Historia Naval, 2014.

Nautica Jonkepa

– PELLEGRINO, Leonardo. Lo Scandaglio “a Sagola” nell’Antichità. Documentazione Storica e Archeologica. Universidad de Bolonia, 2007.

Nota: También se puede acceder a la fuente de las imágenes «pinchando» con el ratón en el texto.

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Esta es la primera de dos entradas dedicadas a la sonda.

Autor Pedro Fondevila Silva, Capitán de Navío de la Armada española y alumno del Máster en Historia y Patrimonio Naval

La profundidad marina se medía usando un escandallo, que es uno de los primeros, y de los más sencillos, instrumentos de navegación que ideó el hombre, y que aún continúa utilizándose en su forma primitiva.

Instrumento para medir la profunidad

Instrumento para medir la profundidad

A pesar de su extrema simpleza, apenas se conocen ciertas características de uso en la Antigüedad. Sabemos que lo utilizaban para medir la profundidad, sin embargo no conocemos cómo era la medida de la longitud de sonda que empleaban.

La sonda y su empleo

La operación de medir la profundidad del mar se denomina sondar. La sonda estaba compuesta por el escandallo y la sondaleza. El escandallo se ideó para medir la profundidad del fondo inicialmente, aunque posteriormente se diseñó para poder determinar también la naturaleza del lecho marino.

Sonda sumergida. Fuente

Sonda sumergida. Fuente: Náutica

La sondaleza es el cordel, o cabo, en cuyo extremo se amarra el escandallo (peso), y se sumerge hasta que llegue al fondo del mar. Manteniendo a pique la sonda se mide la profundidad sobre las marcas de distancia señaladas sobre la sondaleza en forma de nudos.

En los primeros tiempos se empleaba una piedra (horadada en un extremo o acanalada exteriormente en su circunferencia) para hacer de escandallo. La sonda de este tipo recibía el nombre latino de bolis, aunque la palabra es de origen jónico.

 Bolis. Escandallo lítico de Trapani s/d. V. Fuente: Pellegrino

Bolis. Escandallo lítico de Trapani s/d. V. Fuente: Pellegrino

Cuando era de plomo se usaba el término catapirates para denominarla (“Catapirates, línea cum massa plúmbea, que maris altitudo tentatu“).

Composición de la sonda

En la época romana la sondaleza se confeccionaba en lino. Hay que tener en cuenta que la sonda debe medirse a partir de la línea de flotación del buque (“Che il ragazzo giù questo catapirates unto con lo stesso olio, un pezzetto di piombo ed una cordicella di lino”). Por este motivo la sondaleza tenía un espacio sin marcar, la zaga, equivalente a la distancia desde la borda del buque a la línea del agua.

Los nautas romanos ya empleaban la sonda con el barco en movimiento, como lo prueba el relato del viaje de San Pablo a Roma. Para esta operación era necesario dar un movimiento pendular al escandallo, y soltarlo cuando estuviese en el extremo delantero de la oscilación, de forma que el escandallo llegase al fondo en la vertical del punto donde se encontraba el hombre que sondaba.

Lanzando la sonda

En el siglo XVIII, con el desarrollo de la cartografía, se adoptó la técnica de volear el escandallo para obtener sondas mientras se navegaba a vela. El procedimiento consistía en dar vueltas al escandallo en el aire, alrededor de la mano que tiene asida la sondaleza, para que tome vuelo y, al despedirlo, vaya más lejos en la dirección de la marcha de la embarcación, de forma que llegue al fondo antes o cuando esté en la vertical del sondador. Este método obligó a que el escandallo tuviese una forma troncocónica o troncopiramidal alargada, muy diferente de la de “campana” romana.

En la figura se ve un marinero voleando el escandallo para sondar mientras el buque sigue navegando. El marinero está sobre la mesa de guarnición de estribor del palo trinquete. En la mano izquierda sostiene las adujas de la sondaleza que largará cuando lance el escandallo.

Voleador

En la figura se ve un marinero voleando el escandallo para sondar mientras el buque sigue navegando. El marinero está sobre la mesa de guarnición de estribor del palo trinquete. En la mano izquierda sostiene las adujas (vueltas) de la sondaleza que largará cuando lance el escandallo.

Por último, el descubrimiento del efecto de las corrientes submarinas sobre la sondaleza, obligó a aumentar el peso del escandallo según crecía la profundidad a medir. En este sentido conviene decir que, desde muy antiguo, se utilizó la medida antropomórfica de la braza, la orgyia griega, equivalente a 1,776 m, también empleada por los romanos. En España se utilizó la braza de 2 varas de Castilla de 1,7618 m. En la actualidad la sonda se mide en metros.

Más información

Nautica Jonkepa

– PELLEGRINO, Leonardo. Lo Scandaglio “a Sagola” nell’Antichità. Documentazione Storica e Archeologica. Universidad de Bolonia, 2007.

Nota: También se puede acceder a la fuente de las imágenes «pinchando» con el ratón en el texto.

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