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Posts Tagged ‘Dinamarca’

En las islas Feroe existe una entrañable leyenda propia de las zonas costeras. Se desarrolla en Mikladalur, un pequeño pueblo litoral situado en Kalsoy, en el norte del archipiélago.

En ella se sostiene que las focas son personas que han dejado su lugar en la tierra y viven en el mar. Han cambiado su fisonomía y han envuelto todo su cuerpo con piel de foca. Estos seres mitad humanos mitad marinos sólo regresan a tierra un día al año, que coincide con la festividad del día de los Reyes Magos. La noche antes se reúnen en una cueva en las afueras del pueblo y allí bailan durante horas. Una vez que amanece se vuelven al medio marino.

Un joven de Mikladalur que conocía la leyenda decidió acercarse a la cueva para ver a estas criaturas. Tras observarlas se enamoró de una de las chicas que aparecieron tras despojarse de la piel de foca. Para no perderla, le robó su piel. Las historias sostienen que cada muchacha debe esperar pacientemente hasta que tenga de nuevo su vestimenta marina para poder regresar, y que ella debía estar siempre cercana a quien se la hubiera robado.

Como la protagonista no tenía su piel de foca, tuvo que plegarse a las condiciones que le impuso el chico, que lo que pretendía era tenerla siempre a su lado. Los años pasaron, ambos se casaron y tuvieron tres hijos. Ella tomó el nombre de Kopakonán.

El protagonista tenía la piel de foca guardada en un gran baúl cerrado, cuya llave iba siempre atada a su cinturón para que su mujer no lo abandonara. Como era pescador, un día en la barca se dio cuenta de que no llevaba la llave y cuando volvió a su casa comprobó que su mujer se había ido, ya que encontró su piel de foca y regreso al mar.

Monumento levantado para recordar esta leyenda

Aunque la esperó un tiempo, pronto entendió que no regresaría y su sentimiento de pena se transformó en ira. Decidió, cegado por el odio, reunir a un grupo de hombres e ir a matar a todas las focas que encontraran. Esa noche tuvo un sueño, en el que su mujer le advertía de que si llevaba a cabo la matanza, sería el inicio del fin de los hombres de la localidad, que acabarían muertos, ya fueran ahogados o despeñados.

Pero el odio pudo más que la advertencia y salieron a matar a cuantas criaturas marinas encontraron. A la noche siguiente todos aparecieron muertos. Parece que Kopakonán se enteró y volvió a las costas de Mikladalur para lanzar una maldición en ese lugar que tanto daño le había hecho:

«Todos los hombres de Mikladalur están condenados a morir en el mar«

Para acabar

Esta leyenda marítima plantea temas vinculados con la bondad y la desgracia, el bien y el mal, así como la frágil relación de la humanidad con el medio natural. La idea que tenemos de la foca como un ser vivo confiado permite generar esa dualidad en la protagonista, cuyo fondo parece que está en el imaginario de muchos pueblos marítimos del mundo (como los selkies en la Europa nórdica). La tradición oral ha permitido que llegue hasta nuestros días y, de hecho, cuando algún hombre se ahoga en las islas Feroe, siempre hay alguien que nombra la maldición de la mujer foca.

Más información

ÁRNADÓTTIR, Tóta. Kópakonan í nýggjari føroyskari myndlist og bókmentumFrændafundur, 2018, 9, p. 219-232.

DARWIN, Gregory. On Mermaids, Meroveus, and Mélusine: Reading the Irish Seal Woman and Mélusine as Origin Legend. Folklorem, 2015, 126, 2, p. 123–141.

FRANCO CRESPO, Juan. Sellos que sellan. Leyendas feroesas: la mujer foca. Educación y Biblioteca, 2008, 166, p. 28-31.

PUHVEL, Martin. The seal in the folklore of northern Europe. Folklore, 1963, 74, 1, p. 326-333.

SIMONSEN, Kim. The Royal Society of Northern Antiquaries and VU Hammershaimb’s Collections of Faroese Folk Legends. En Grimm Ripples: The Legacy of the Grimms’ Deutsche Sagen in Northern Europe. Brill, 2022, p. 338-358.

Filmografía

La canción del mar (2014), de T. Moore.

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Aunque los entierros de personajes principales en embarcaciones parece que están asociados exclusivamente a los pueblos vikingos, realmente es una tradición milenaria que existía ya entre los habitantes nórdicos desde la Prehistoria. A partir de la península escandinava se fue ampliando a las islas británicas y a otras zonas del continente europeo cercanas a los mares Báltico y del Norte.

Representación del entierro dentro de una embarcación. Fuente

Los inicios

Durante la Edad del Bronce (3300 al 1200 a. C) en el sur de Escandinavia la agricultura empezó a tener excedentes, lo que hizo posible la introducción de bienes, tales como adornos de bronce o de ámbar, joyas de oro y armas, que se acabaron depositando como ajuar fúnebre dentro de los grandes montículos funerarios erigidos para los miembros de elevada jerarquía.

Petroglifos navales de Massleberg (Suecia). Fuente

Entre los años 1800 al 500 a. C. uno de los motivos más característicos fue la representación grabada de naves, junto a los que también aparecían personajes masculinos y femeninos. Las embarcaciones fueron posteriormente utilizadas como parte de esos ritos funerarios celebrados en honor a los jefes guerreros.

Primitivas representaciones naviformes en el sur de Escandinavia. Fuente: Ceruti, 2020

Influencias mediterráneas

En el norte de Europa tomaron prestadas e incorporaron algunas de las características de las primeras civilizaciones mediterráneas (especialmente de los egipcios), habiendo recibido influencias culturales y religiosas, entre las que se encuentra la concepción de la barca solar. En el sistema de creencias escandinavo se pensaba que el sol era llevado en barco a través del mar celestial, muy similar al concepto egipcio. Su asociación con embarcaciones, como se aprecia en el sitio de Solbakk (Noruega), puede ser asumida como una representación de la barca solar.

Petroglifos náuticos en Solbakk (Noruega). Fuente

Promontorios y lugares costeros

Para los pobladores nórdicos la costa es un espacio que permite la comunicación simbólica entre las tres dimensiones: terrestre, celeste y acuática. De hecho, muchos de los grabados rupestres hallados están situados en zonas costeras, en promontorios cercanos al mar, manteniendo ese carácter sagrado y convirtiéndolos en lugares de encuentro del mundo de los vivos con el de los muertos.

Representación de una procesión ceremonial en un petroglifo nórdico. Fuente: Ceruti, 2020

Montículos funerarios

Enterrar a los difuntos en montículos era una costumbre ancestral generalizada desde la prehistoria en todos los continentes habitados, porque se relacionaba con la colina primigenia (se pueden hallar evidencias en México, China y Egipto, entre otros).

Los montículos funerarios nórdicos cercanos a la costa, conocidos como las “pirámides de Escandinavia”, pueden simbolizar las islas de los muertos, y la tradición de estos entierros se remonta a la temprana Edad del Bronce (1800 – 1000 a. C.), perdurando durante toda la Edad del Hierro, hasta llegar a la época medieval.

En un momento previo al mundo vikingo, los difuntos y sus embarcaciones pasaron a ser enterrados en el interior de los montículos. Un buen ejemplo es el barco anglosajón de Sutton Hoo, del siglo VII.

Planos de la nave de Shutton Hoo. Fuente

Hay más vínculos entre estas imágenes y los ritos mortuorios en el sur de Escandinavia. Se han hallado enormes túmulos en pequeñas islas a lo largo de las costas del sur de Suecia y Noruega, construidos durante la Edad del Bronce. Lo reseñable aquí es que varias de estas islas eran demasiado pequeñas para haber estado habitadas, por lo que es posible que se hicieran pensando en convertirse en ayudas para la navegación y, además, los fallecidos debían haber sido llevados en naves a los lugares donde fueron enterrados. Así, esta conexión en la Escandinavia primitiva presenta rasgos comunes:

a) En primer lugar, ha existido una larga tradición de entierros en barcas: una práctica que puede haberse originado incluso antes del período neolítico. También se han hallado tumbas que tenían el contorno de un pequeño bote.

b) El segundo se refiere a los ‘escenarios de barcos’ dibujados o tallados durante la Edad del Bronce. Estos son túmulos que a su vez toman la forma de un bote alargado y se hallan cera de la costa.

Lugares donde se han hallado dibujos de barcos de la Edad del Bronce. Fuente: Ballard, 2004

Para acabar

A lo largo de la Prehistoria y de la Historia de Escandinavia se verifica una perdurable vinculación material y simbólica entre las naves y el mundo de ultratumba. La tradición de los entierros en barcas se remonta al Neolítico, que también fueron utilizadas durante la Edad de Bronce nórdica, para finalmente dar paso a las grandes embarcaciones como lugar de descanso eterno, propios de los períodos anglosajón y vikingo.

Representaciones prehistóricas de barcos en Hornes (Noruega). Fuente

Más información

BALLARD, Chris, et al. The ship as symbol in the prehistory of Scandinavia and Southeast AsiaWorld Archaeology, 2004, 35, 3, p. 385-403.

BARTOLOTTI, Alessandra. Mitología celta y nórdica: Conozca la fuerza de la intuición de los mitos y creencias célticas. Robinbook, 2017.

CERUTI, María Constanza. Paisaje sagrado, simbolismo y ritual en el arte rupestre del sur escandinavo. XII Jornadas Interescuelas. San Carlos de Bariloche: Universidad Nacional del Comahue, 2009.

CERUTI, María Constanza. Colinas Sagradas y Arte Rupestre Escandinavo en Tanum (Suecia). Revista Histopía, 2020, II, 11, p. 26-33.

ESCRICHE PALANCA, Eugenio. Dos concepciones distintas del enterramiento: el cementerio nórdico y el cementerio mediterráneo. Tesis Doctoral. Universitat Politècnica de València, 2020.

ESPINAR MORENO, Manuel. Arqueología y cultura material de los vikingos: reflexiones sobre la cuestión. Estudios sobre patrimonio, cultura y ciencias medievales, 2014, 16, p. 75-120.

HELSKOG, Knut. Communicating with the world of beings: the World Heritage rock art sites in Alta, Arctic Norway. Oxford: Oxbow Books, 2014.

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El Patrimonio Marítimo está de enhorabuena, porque se ha inscrito el sistema tradicional de construcción naval nórdico en su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Es un importante reconocimiento a una serie de técnicas de raigambre milenaria que se usaron, y todavía se siguen utilizando, en los países costeros del mar del Norte.

En varias de las entradas del blog hemos hecho alusión a las formas de construcción de las antiguas naves que se adentraban tanto en el Mediterráneo como en el mar del Norte. En ambos mares se generaron dos técnicas diferentes, aunque no es exactamente que fueran sistemas homogéneos, ya que a lo largo del tiempo fueron variando y también porque algunas veces se construían naves que tenían características propias de las dos técnicas. Lo que sí está claro es que en otro tiempo se diferenciaban, y que existía una muy usada en el mar Mediterráneo («a tope») y otra en el mar del Norte («a tingladillo»).

Patrimonio de la UNESCO desde 2021

Esta forma de construir embarcaciones se basa en una técnica muy antigua, según la cual primero se ponía la quilla y posteriormente sobre ella se iban uniendo las tablas del casco, solapadas unas sobre otras. Al principio, durante el Neolítico, la unión se fijaba con cuerdas, para pasar posteriormente a hacerlo con remaches.

Imagen de un momento de la construcción de una nave con el sistema nórdico. Se puede ver a la derecha claramente cómo están las tablas del casco una sobre otra, comenzando por la parte inferior, la quilla. Fuente

Los barcos de madera se han construido con este sistema durante miles de años, y han sido de gran importancia para el transporte marítimo en todos los países nórdicos, conectando a las personas de costa a costa durante generaciones. Por ello, la tradición de estas embarcaciones es una parte clave del patrimonio cultural costero de estos países y ahora también del resto de la Humanidad.

La construcción naval de estilo nórdico

Es un método caracterizado, como ya se ha comentado, porque las tablazón de la nave va superpuesta, dando ya forma al casco (forro). Posteriormente se realiza lo que conocemos como esqueleto (al contrario que el usado en el Mediterráneo, que tras la quilla se ponían las cuadernas y posteriormente el forro). Al encajarse y solapar los bordes de cada tabla, éstas se aseguraban con pernos, por lo que no siempre era necesario el calafateo, porque este método de forrado ya dotaba a la embarcación de estanqueidad. Luego, el casco se fortalece internamente con componentes de madera adicionales, que constituyen las llamadas costillas.

Se le denomina también sistema de casco trincado, «a tingladillo», o clinker system en inglés.

Ha sido muy utilizado a lo largo de los siglos en el mar del Norte, como lo corroboran las magníficas naves vikingas y las cocas posteriores, entre las que destacamos la coca real danesa, a la que ya le hemos dedicado dos entradas. También en algunos lugares de la Península Ibérica, tales como el Galicia, País Vasco o Cataluña, en ciertos momentos de la Historia se usó este método.

Se han construido innumerables barcos con el sistema nórdico, tanto para la pesca como para el transporte de personas y mercancías, que permitieron establecer rutas comerciales desde el extremo norte hasta el Mediterráneo, pero también atacar y asaltar.

Actualmente solo se mantiene la tradición de construir con este método en algunos lugares de Escandinavia y ha disminuido drásticamente durante los últimos años. Los carpinteros de ribera que viven de la fabricación de estos barcos también son cada vez menos y se corre el riesgo de perder las habilidades necesarias para mantener vivas las tradiciones.

Más sobre estos barcos

En el Museo de Barcos Vikingos en Roskilde se exhiben cinco naves, que fueron construidas en la tradición nórdica hace casi 1000 años. En muchos lugares se han establecido comunidades de voluntarios, como los miembros del Boat Guild, del citado Museo, que se ocupan del mantenimiento regular de los barcos y se reúnen para usarlos en actividades al aire libre.

Para acabar

Nuestra felicitación a todas las entidades que han luchado por llegar a tener esta denominación. También lanzamos una llamada para que la técnica de construcción naval mediterránea pueda alcanzar pronto la misma consideración.

Más información

CRUMLIN-PEDERSEN, Ole. Boat And Boat House. The Conceptional Origins of Clinker Boats and Boat-Shaped Halls of the Fourth to Eleventh Centuries In Scandinavia. In Creating Shapes in Civil and Naval Architecture. Brill, 2009, p. 194-212.

HORNELL, James. The sources of the clinker and carvel systems in British boat construction. The Mariner’s Mirror, 1948, 34, 4, p. 238-254.

OUNANIAN, Kristen & HOWELLS, Matthew. Clinker, sailor, fisher, why? The necessity of sustained demand for safeguarding clinker craft intangible cultural heritageMaritime Studies, 2022, p. 1-13.

POMEY, Patrice. New light on the false clinkers in ancient Mediterranean shipbuilding. En Connected by the Sea: Proceedings of the Tenth International Symposium on Boat and Ship Archaeology, Denmark 2003. Oxbow Books, 2016. p. 74.

PUJOL HAMELINK, Marcel. La Terminologia de construcció naval i el seu orígen: mediterrani / atlànticDrassana: Revista del Museu Marítim, 2006, 14, p. 84-102.

RIETH, Éric. The galley shipyard in Rouen. Mediterranean shipbuilders in Normandy (XIIIth-XVth centuries)Publications de l’Institut Français d’Études Anatoliennes, 2010, 20, 1, p. 155-160.

TANNER, Pat. 3D laser scanning for the digital reconstruction and analysis of a 16th century clinker built sailing vesselACUA Underwater Archaeology Proceedings, 2013, p. 137-49.

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Estimados lectores, como ya hemos hecho en años anteriores, durante el mes de agosto vamos a ofrecer recopilaciones temáticas sobre entradas ya publicadas. Así, esta semana está dedicada al tema de la navegación vikinga, sobre el que anteriormente hemos escrito varios textos, que aquí compilamos, señalando los contenidos más importantes. Este año, además, con la ayuda de dos colaboradores, vamos a hacer accesible en inglés algunas de las entradas que más visitas han tenido a lo largo de estos once años de vida del blog.

Previo a la Edad Moderna varios pueblos dominaron los mares. En el océano Atlántico uno de ellos fue protagonista indiscutible durante la Edad Media: los vikingos. Sin embargo, no todos los habitantes de la península escandinava se consideraban vikingos, ya que era el nombre que tenían reservado a quiénes embarcaban y se hacían a la mar en busca de nuevos mercados y mejores tierras. A estos valientes, violentos y heroicos navegantes hemos dedicado varias entradas en el blog. La primera fue sobre los magníficos barcos que utilizaban, pero también sobre los nuevos territorios que colonizaron, hasta dónde llegaron (costas de la Europa continental, Irlanda, Inglaterra, Groenlandia, Constantinopla y Rusia, entre otros) y cómo algunos de sus herederos fueron nombrados reyes como en la Inglaterra del medievo.

Naves vikingas

Distinguimos por una parte las que usaban para el comercio y por otra las que construían para las actividades bélicas.

El barco vikingo de Oseberg. Fuente

a) Barcos para el comercio. Eran más altas y anchas. Portaban dos medias cubiertas a ambos lados y la parte central estaba abierta, porque se usaba como bodega. Las que eran de carga estaban construidas principalmente para navegar a vela, por lo que llevaban pocos remos, que se solían usar en ciertas maniobras.

Barco para el comercio. Fuente

b) Barcos para la guerra. Eran bajos y estrechos, y su cubierta ocupaba toda la nave. Los orificios por los que se pasaban los remos estaban distribuidos uniformemente en los costados. Se usaban tanto a vela como a remo, dependiendo de las necesidades.

Buque de guerra grande. Fuente

Colonias vikingas

Los asentamientos formaban parte de la costumbre vikinga de ganar nuevos territorios, pero sin perder la comunicación con su región natal. Así colonizaron muchas de las regiones costeras europeas, se establecieron en Islandia, llegando incluso hasta Groenlandia. También sus viajes a Constantinopla fueron un éxito, aunque muchos volvían a Escandinavia pasado un periodo.

Asentamientos vikingos. Fuente

A Groenlandia llegaron en el siglo X y comenzaron a habitar las zonas costeras de la parte sur, que eran las únicas que no estaban cubiertas de hielo todo el año. Tras una prosperidad que duró varios siglos, las colonias vikingas de Groenlandia fueron abandonadas misteriosamente. Aunque existen varías teorías sobre el motivo, pruebas recientes indican que fue una compleja interacción de fuerzas políticas y culturales externas lo que causó su desaparición.

Los vikingos, en su denominación continental (varegos, rus o rhos), estaban presentes en el imperio romano de Oriente, especialmente en Constantinopla, como mercenarios y también desempeñando el papel de comerciantes y en ciertas ocasiones como enemigos. Su altura, aspecto fiero y carácter, así como sus conocimientos del ámbito ofensivo y defensivo, tanto naval como terrestre, impresionaron profundamente a quienes comerciaban o luchaban con ellos. De esta manera, fueron apreciados como una fuerza de élite en las tropas bizantinas y formaron la denominada «guardia varega». También se establecieron en otras zonas de la parte Este del continente europeo, como en tierras de la actual Rusia.

Galera bizantina. Scylitza Matritense. Biblioteca Nacional de España

Sus ataques en las zonas costeras del mar del Norte fueron famosos, como el primero sobre el que se ha escrito, el realizado sobre la isla de Lindisfarne, en Inglaterra, en el año 793. No fue un caso aislado, ya que se tienen noticias de saqueos y rapiñas en Gales, Irlanda, Francia o en España (especialmente en Galicia y en el resto de la cornisa cantábrica), entre otros muchos sitios. Una vez que habían llegado a estos lugares, en muchos de los casos se establecieron en ellos, fundando pueblos, dando lugar a que surgieran importantes reinos como los normandos.

Con el paso de los siglos, algunos de sus líderes siguieron extendiendo sus dominios, como ocurrió en la península italiana y también cuando, en el siglo XI, un heredero francés como Guillermo de Normandía decidió atacar Inglaterra porque se consideraba sucesor del rey inglés que acababa de fallecer. Un tapiz encargado por uno de los miembros de su familia rememora la salida de Francia, la llegada a la mañana siguiente a la costa inglesa, la batalla posterior, así como la proclamación de Guillermo como nuevo rey de Inglaterra.

Una parte del tapiz expuesto en el Museo de Bayeux, que recoge el viaje que hizo Guillermo desde Normandía hasta las costas británicas. Fuente

Para acabar

La fuerza que permitió a los vikingos llegar tan lejos fueron sus magníficos barcos. Su carácter y costumbres sirvieron para colonizar nuevos lugares, asentarse y fundar familias mixtas. Ambos puntos fuertes les han hecho ganar un lugar de honor en la historia marítima.

Más información

ATKINSON, Ian. Los barcos vikingos. Ediciones Akal, 1990.

BRUUN, Per. The Viking Ship. Journal of Coastal Research, 1997, p. 1282-1289.

ELLIS, Caitlin. Remembering the Vikings: Ancestry, cultural memory and geographical variation. History Compass, 2021, 19, p. 1-15.

CABRERA-RAMOS, María Isabel. Los varegos de Constantinopla. Origen, esplendor y epígonos de una guardia mercenariaByzantion Nea Hellás, 2014, 33, p. 121-138.

CONTE DE LOS RÍOS, Augusto. La exploración del Ártico por los vikingosNaveg@mérica. Revista electrónica editada por la Asociación Española de Americanistas, 2017, 18.

ROWLEY, Trevor. An Archaeological Study of the Bayeux Tapestry: The Landscapes, Buildings and Places. Yorkshire: Pen and Sword, 2016.

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Vamos a conocer esta semana uno de los naufragios más importantes investigados hasta ahora en el Mar Báltico. Era la nave de un monarca que acabó incendiada y hundida en el sur de Suecia. Su propietario fue el rey danés Hans (1455-1513), que en pocos años había logrado reunir las coronas de Dinamarca y Noruega y viajaba para tomar posesión del trono de Suecia. En esta entrada resumimos los hallazgos que han tenido lugar en diversas campañas arqueológicas.

Un buque de la época que lleva un mascarón similar. Fuente

Un barco de Europa del Norte construido con técnicas mediterráneas

Conocido como el Gribshunde, tenía unas medidas de unos 35 m. de eslora x 7,5 de manga. Es muy posible que el rey Hans se diera cuenta del potencial de las nuevas técnicas de construcción naval y quisiera que su barco insignia estuviera en esa línea. Pero sus carpinteros no tenían el conocimiento para construir tal barco en Dinamarca, por lo que lo encargó fuera de sus fronteras, lo que muestra las conexiones políticas y económicas de la Baja Edad Media en el norte de Europa. Lo más probable es que la nave se hubiera construido en un astillero del sur de los Países Bajos o en Francia.

Dibujo de la nave real danesa

Fue construido con una técnica propia de las embarcaciones mediterráneas (a tope), ya que en las tierras altas la técnica usada para la “fábrica” de barcos era la de superponer el borde de las maderas (a tingladillo) para conseguir la forma del casco, como fue la usada en los barcos vikingos. De hecho es, hasta el momento, el más antiguo que se encuentra en el norte de Europa así construido.

Las dos formas de unir las maderas de una nave para formar el casco

El hundimiento

La nave se hundió en el verano de 1495, mientras estaba anclada al norte de la isla Stora Ekö, en el archipiélago de Blekinge, al sur de Suecia. Parece que sufrió un ataque, se incendió y posteriormente se hundió hasta el lecho marino, donde se encuentra hasta el día de hoy. Su destino era la ciudad de Kalmar en Suecia, donde debía llevar al rey Hans. Aunque el barco no llegó, el monarca sí lo consiguió, porque se había bajado antes de que se incendiara.

Localización del pecio del barco real danés

El pecio

El naufragio está muy bien conservado y fue redescubierto en la década de 1970. Desde los inicios del siglo XXI varias organizaciones han realizado investigaciones científicas sobre sus restos. En total se han recogido 13 muestras de madera de roble extraídas de diferentes partes del barco y analizado con métodos dendrocronológicos. La datación de las muestras sugiere que fueron taladas durante el invierno de los años 1482/83. 

El mar Báltico es un entorno de conservación excepcional para la madera, entre otro motivos porque el molusco que perfora y termina destruyéndola, el Teredo navalis, no puede sobrevivir en estas aguas. Como resultado, los sitios arqueológicos permanecen en el lecho marino durante cientos o incluso miles de años.

Se encontraron restos de artillería y también de barriles de cerveza. Una de las piezas más famosas es el mascarón de proa, formado por la cabeza de un monstruo marino.

El monstruo marino que iba tallado como mascarón de proa. Fuente

Un esturión en la bodega del barco real

Durante las excavaciones arqueológicas en 2019 se localizaron varios barriles de madera intactos, de los cuales uno contenía numerosos restos orgánicos bien conservados de un esturión del Atlántico de unos 2 metros de largo. Este tipo de pez fue muy apreciado en Dinamarca y en otros lugares de Europa durante el período medieval. De hecho, en la ley de Jutlandia (Codex Holmiensis C 37), del siglo XIII, se afirma que todos los esturiones, independientemente de su tamaño, eran de propiedad real. 

Un esturión, las partes coloreadas en azul se corresponden con los huesos hallados en el pecio. Fuente: Macheridis, 2020

Para acabar

Aunque todavía hay aspectos sobre los que tratar más detalladamente, es muy posible que el rey, que iba en misión diplomática para reclamar el trono sueco, quisiera exhibir su buque insignia, que lo cargara con productos y objetos de valor buscando ofrecer una muestra de poder que impresionara a los militares y nobles suecos que lo esperaban en Kalmar. Este formidable impacto propagandístico se quedó en nada cuando el barco se hundió, antes de llegar a su puerto de destino.

Más información

HANSSON, Anton; LINDERSON, Hans & FOLEY, Brendan. The Danish royal flagship gribshunden–Dendrochronology on a late medieval carvel sunk in the Baltic SeaDendrochronologia, 2021, 68.

HOCKER, Fred & DALY, Aoife. Early cogs, Jutland boatbuilders, and the connection between East and West before AD 1250. in: BLUE, Lucy et al. Connected by the Sea: Proceedings of the Tenth International Symposium on Boat and Ship Archaeology, Denmark 2003. Oxford: Oxbow Books, 2016, p. 187-194.

MACHERIDIS, Stella; HANSSON, Maria C. & FOLEY, Brendan P. Fish in a barrel: Atlantic sturgeon (Acipenser oxyrinchus) from the Baltic Sea wreck of the royal Danish flagship Gribshunden (1495)Journal of Archaeological Science: Reports, 2020, 33.

RONNBY, Johan. Grifun/Gribshund (1495): Marinarkeologiska undersökningar. Södertörns högskola, 2021.

STEENSTRUP, Joh. De danske Kongers ret til hvaler og meget store FiskDansk Historisk Tidsskrift, 1906, 7, 6, p. 115-120.

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Vikingos (o también normandos), estos pueblos son famosos por sus hazañas, incursiones y ataques, pero sobre todo son conocidos como grandes navegantes, por ser marinos intrépidos y por la construcción de unos barcos que los llevaban a cualquier lugar del mundo. Durante más tres siglos (IX-XI) navegaron por mares y océanos, asaltaron monasterios y poblaciones, pero también crearon una cultura que a fecha de hoy todavía nos atrae y nos parece treméndamente interesante.

Aquéllos que portaban en sus cabezas cascos con cuernos, la imagen que nos han trasladado durante mucho tiempo, ya se sabe que no es la histórica. Todos los expertos dicen que no los utilizaban. Sin embargo, sí que es cierta la idea de hombres cuya destreza en el mar era extraordinaria y las naves que usaban para navegar eran tan importantes que las utilizaban para pasar a la otra vida, dándole forma de barco a su sepulcro o usando uno de ellos como tumba, como ya hemos podido ver en las diferentes embarcaciones mortuorias encontradas (la de Oseberg y la de Gosktad, de los siglos IX y X)).

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El barco vikingo de Oseberg

Así, han sido ya varios los pecios de época vikinga hallados en el norte de Europa, tanto en la península escandinava como en Dinamarca.

Naves vikingas localizadas. Fuente Atkinson (1990)

Igualmente sabemos que en los acuartelamientos, a sus alojamientos también le dieron forma de nave y que los tejados de los «barracones» eran como un casco de barco.

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Fuerte vikingo de estilo Trelleborg

Vamos a ver más detalladamente cómo eran estas naves que utilizaban, tanto para la guerra como para el comercio, otra de las actividades que hicieron famosos a los vikingos. Conocemos muchos detalles porque en el fiordo de Roskilde, cerca de Skudelev, se hallaron cinco barcos en los años 60 y posteriormente se descubrió otro más grande en los 90 (fotografías aquí).

Drakar vikingo S. X. Fuente: Manuscrito de Northumbria. British Library

Barcos para el comercio

Eran embarcaciones altas y anchas en relación con el total. Portaban dos medias cubiertas a ambos lados y la parte central estaba abierta, porque se usaba como bodega. Las que eran de carga estaban construidas principalmente para navegar a vela, por lo que llevaban pocos remos, que se solían usar en ciertas maniobras.

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Buque utilizado para el comercio. Ilustración basada en Madsen (1992)

De los hallados hasta el momento, el barco más grande de los dedicados al comercio era muy robusto, medía unos 16 m. de eslora y casi 5 de manga. Su vela cuadrada tenía unos 86 metros cuadrados de superficie. Se identificó como un «knarr» (nave que podía salir a alta mar y navegar por el Atlántico norte y llegar a Groenlandia e Islandia). Estaba construido con madera de pino, encina y tilo. Su carga máxima podía llegar a ser de unas 25 toneladas.

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Restos de la nave más grande dedicada al comercio, de las encontradas en Roskilde. Museo de los barcos vikingos

La otra nave de comercio era más pequeña, estaba construida de madera de encina y medía unos 14 m. x 3,5 m. Contaba con una tripulación de 4 ó 5 hombres y se usaba para la navegación por aguas interiores y por el mar Báltico. La vela era casi la mitad de la del barco grande (45 m2) y podía llevar hasta 5 toneladas de carga.

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Nave para comercio de tamaño menor. Museo de los barcos vikingos

Barcos para la guerra

Los de guerra eran bajos y estrechos, y su cubierta ocupaba toda la nave. Los orificios por los que se pasaban los remos estaban distribuidos uniformemente en los costados. Se usaban tanto a vela como a remo, dependiendo de las necesidades.

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Barco de guerra vikingo de tamaño grande. Ilustración basada en Madsen (1992)

El más grande hallado medía unos 30 m. x 4,5 m. Estaba construido con madera de encina, podía transportar hasta 100 guerreros y admitía hasta 30 pares de remos.

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Barco de guerra más pequeño. Ilustración basada en Madsen (1992)

El más pequeño estaba hecho de madera de encina, fresno y pino, medía unos 17 m. x 2,5 m. y podía transportar unos 30 guerreros y hasta 13 remos.

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Restos de una nave de guerra. Museo de los barcos vikingos

A pesar de que en el pasado algunos autores dudaron de su capacidad y pericia, hoy está demostrado que alcanzaron un nivel de destreza en el mar que según Madsen, del Museo de los Barcos vikingos, se puede comparar al de los pequeños vapores comerciales de principios del siglo XX, al terminar la época de la navegación a vela. Todo un logro para una cultura marítima de la Edad Media.

Más información

ATKINSON, Ian. Los barcos vikingos. Ediciones Akal, 1990.

BRUUN, Per. The Viking Ship. Journal of Coastal Research, 1997, p. 1282-1289.

CHRISTENSEN, Arne-Emil. Los Vikingos. 1996.

GOODCHILD, Helen; HOLM, Nanna; SINDBÆK, Søren M. Borgring: the discovery of a Viking Age ring fortress. Antiquity, 2017, vol. 91, no 358, p. 1027-1042.

MADSEN, Jan S. Los vikingos de Dinamarca. 1992.

Museo de los barcos vikingos. Roskilde (Dinamarca).

ROSENDAL, Else. Vikingernes Verden (The World of the Vikings). Copenhagen: Gyldendal Publishers, 1993.

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