Las ballenas pueblan la tierra desde hace unos 30 millones de años. Eso significa que cuando el hombre comenzó a navegar ya compartía con ellas el espacio marítimo, y que ellas llevaban ya millones de años en él. Primero vistas con temor y luego consideradas mercancía, han ido evolucionando paulatinamente en el entorno marino. Hay estudios muy recientes que dicen que el tamaño gigante de la ballena azul es una adaptación evolutiva, que tuvo lugar en los últimos 4 millones de años.
La más grande de todas, la denominada ballena azul, que puede llegar a medir hasta 30 metros, es un peligro para los barcos, ya que chocar con una puede suponer un serio accidente, aparte claro está del daño que supone para el animal y del impacto en el medio marino. A lo largo de la historia estos choques han sido frecuentes, aunque los barcos eran más pequeños que los actuales. Moby Dick es un ejemplo clásico en la literatura del encuentro de humanos con cetáceos.
Estos animales, a pesar de su tamaño, son inofensivos y se alimentan de krill. Protagonizan migraciones de miles de kilómetros desde sus lugares de nacimiento y luego de cría hasta los que le sirven de alimento.
Un programa informático para detectar el paso de las ballenas
Se ha desarrollado una aplicación informática, WhaleWatch, que utiliza una serie de tecnologías avanzadas para informar dónde es probable que haya ballenas azules casi en tiempo real.
El programa se alimentó de datos procedentes de ballenas que fueron marcadas con transmisores del satélite Argos, cuyos desplazamientos fueron seguidos desde los criaderos del Pacífico central oriental hasta sus áreas de alimentación, frente a la costa oeste norteamericana.

Rustas de desplazamiento de las ballenas que han sido marcadas. Fuente: WhaleWatch
Las localizaciones de las ballenas se combinaron con otros datos ambientales, como la temperatura del agua y las concentraciones de clorofila, entre otros.

Síntesis de la aplicación para el seguimiento de ballenas y predicción de los lugares de aparición en la costa del Pacífico. Fuente: WhaleWatch
Los resultados se usaron para poder predecir la probabilidad de localizar ballenas en una ruta concreta, y así evitar los temidos choques con los grandes buques.
La investigación se ha llevado a cabo por un equipo dirigido por Helen Bailey, del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland en colaboración con el NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration).
El avistamiento de ballenas
En ciertos lugares costeros ya se han dado cuenta de la importancia turística de estos mamíferos marinos y organizan excursiones para avistarlos y fotografiarlos.

Turistas cerca de una ballena con su cría. Fuente
Más información
HAZEN, Elliot et al. WhaleWatch: a dynamic management tool for predicting blue whale density in the California Current. Journal of Applied Ecology, 2017, 54, p. 1415-1428.
Un rastreador de ballenas azules. SINC, la ciencia es noticia. 2016.
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