Hay naves que unen historia, mito y leyenda, por lo que es difícil separar la realidad de la ficción. En el continente asiático, las embarcaciones conocidas como juncos son un buen ejemplo. Las crónicas medievales europeas se refieren a estas inmensas naves, pero las descripciones que hacen no siempre son muy precisas. Marco Polo e Ibn Battuta las pudieron ver y hablaron de ellas. Clavijo también nos dejó relato sobre ellos. Formaron parte de la Ruta marítima de la Seda en plena Edad Media y de la impresionante armada del almirante chino Zheng He en sus viajes de reconocimiento durante el siglo XV (la Flota del Tesoro).
Los juncos
Aunque los más conocidos son los chinos, también se construyeron en Japón, Vietnam, Corea y otros países costeros del gran Pacífico.
Una de las grandes diferencias con las naves europeas era que las asiáticas estaban construidas con compartimentos estancos (mamparos), de forma que si entraba agua en uno de ellos, el resto permitían seguir la navegación sin peligro.

En esta imagen se pueden ver los compartimentos estanco. Fuente: Unesco
El cronista de la expedición de la primera vuelta al mundo (S. XVI) explicaba cómo eran los juncos que habían visto:
la obra viva era dos palmos de la obra muerta, «hechos con tablones unidos por amarras de madera; su construcción es bastante buena. En la parte superior llevan cañas muy gruesas que sobresalen de los bordes del junco para formar
contrapeso. Estos juncos cargan tanto como nuestros buques. Los mástiles son hechos de las mismas cañas, y las velas son de corteza de árbol» (Pigafetta, Primer viaje alrededor del globo, p. 116)
¿Cómo reconocerlos?
Tenían varias características que los hacían fáciles de identificar, aunque en las imágenes obtenidas no siempre se pueden distinguir todas ellas. Solían ser enormes, de casco plano, con mayor manga en el centro, proa fina y portaban unas velas muy distintas a las occidentales, ya que eran cuadradas y contaban con una estructura reticular o alistonada (parecida a las persianas).

Dibujo de un junco, por R. Monleón. ANM
Otras características distintivas eran el castillo de popa volado con borda, un retranqueo a la altura del timón, un pequeño castillete protegido, una quilla ligeramente oblicua, con las toldillas y camarotes en popa. Habitualmente portaban tres grandes palos, pero existen noticias de que en la flota de Zheng He había juncos que tenían hasta 9 mástiles. Viajaban a la India y al golfo Pérsico en misiones comerciales. Fue, además, una de las embarcaciones favoritas para los piratas de las Indias orientales.

Dibujo de un junco de guerra, por R. Monleón. ANM
Aunque durante mucho tiempo ha existido la costumbre de denominar juncos a todos los barcos chinos, a modo de voz genérica, las investigaciones están facilitando ya suficiente conocimiento para distinguirlas. De hecho, hoy sabemos que el junco se podía hacer de distintas medidas, por lo que es posible encontrar grandes naves como las de la flota del tesoro de Zheng He y también otras más pequeñas para pesca y transporte de pasajeros, y todas son juncos.

Juncos en el mapa de Fra Mauro
A lo largo de la Historia, de los sucesivos contactos establecidos con el imperio chino, se ha introducido otro término, «champán»o «xampán», para denominar a estos juncos, especialmente a los más grandes. De hecho, la Real Academia de la Lengua en España sí que contiene este término, pero no el de junco.

Junco dibujado en un mapa de China del S. XVII. Fuente: Gallica
Un junco del siglo XIX
Gracias a dos autores del siglo XIX (R. Monleón y el Almirante Paris) tenemos noticia y planos de una nave china de este tipo que era de gran porte. La llamaron Keying y tenía unas medidas de 160 pies de eslora (unos 49 m.) y 83 de manga (25 m.). Desplazaba unas 800 toneladas. Estaba construida con madera de teca y portaba 3 palos. Las velas eran también enormes y la mayor pesaba unas 9 toneladas, lo que le suponía a la tripulación dedicar dos horas a izarla. Llevaba 3 grandes anclas. El timón se podía izar, o arriar, dependiendo de la profundidad del fondo marino. No tenía ni quilla, ni bauprés, ni obenque.

Dibujo del junco Keying, por R. Monleón. ANM
Es curioso que esta nave asiática llevara pintado un ojo en cada costado (amura). Nos recuerda la idea del ojo de las naves mediterráneas, aunque en este mar era símbolo de buena suerte y en el junco parece que estaba vinculado con una leyenda, que decía que la nave debía ver por dónde iba, por lo que se le dibujaban dos grandes ojos.
Más información
HORNELL, James. The origin of the junk and sampan. The Mariner’s Mirror, 1934, 20, 3, p. 331-337.
La técnica de fabricación de compartimentos estancos de los juncos chinos. Blog Patrimonio de la Humanidad, 2017.
ANM = Archivo Naval de Madrid
[…] a este mapa es porque recoge multitud de naves de distintas procedencia. Así, aparecen tanto los juncos asiáticos como los tradicionales barcos árabes e indios, junto a las embarcaciones de origen europeo. La […]
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[…] del supuesto “barco de caoba”, del cual una leyenda relata que pudo ser un junco chino o un galeón español o portugués que naufragó con un gran tesoro. Sus restos, dicen los relatos, […]
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[…] lenjes persas, los dhows árabes como el que se encontró en el estrecho de Malaca o los juncos, han servido durante milenios a multitud de civilizaciones para navegar por mares y […]
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Gran artículo, Celia. Muchas gracias, me ha sido muy útil. Y si no es mucha molestia, me gustaría saber dónde puedo buscar qué tipo de ancla utilizaban estos juncos. María.
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Muchas gracias María. La pregunta debes hacerla en la sección que se llama Consultas, que puedes encontrar en las pestañas superiores que aparecen en el blog, encima de la imagen de cabecera. Un saludo.
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[…] del momento y las dibuja, viéndolas desde su propio barco. Las naves asiáticas como los juncos, los dhows, las de pesca javanesas o las japonesas son muy relevantes, como también los son los […]
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[…] pesqueros, cargueros, de guerra y otros que hicieron grandes expediciones. Los conocidos juncos asiáticos están construidos con estos compartimentos […]
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